(INCLUYE VIDEO) El operativo policial se vio desbordado por la multitud de hinchas de River que llegó hasta el estadio de Lanús. En la previa hubo incidentes y heridos. Otro fracaso de las fuerzas de seguridad.
Había un clima tenso. Cualquiera que merodeó en la previa cerca del primer cacheó lo notó. ¿Lo peor? Ninguna autoridad hizo nada para evitar los incidentes. Que volvieron a decir presentes por absoluta responsabilidad de las fuerzas de seguridad.
El operativo imaginó que los hinchas de River debían ingresar por la vereda de una calle estrecha. Todos apretujados, como ganado. Un camión «estratégicamente» estacionado colaboraba con esa suerte de «embudo humano». Claro que la policía no contempló que sobre la hora llegaría una caravana de micros, todos al mismo tiempo. Y ahí, no ocurrió una tragedia de milagro.
Lo que siguió es lo mismo dr siempre: palos, balas de goma y corridas. Algunos enfrentaron a la polícia. Otros, se refugiaron donde pudieron. Hasta que regresó la calma y trataron de convencer al jefe del operativo que la inmensa mayoría tenía sus entradas en la mano.
Muchos hinchas de River terminaron ingresando a los 40 minutos de juego, cuando Sand ya había anotado la ventaja parcial. Otros lo hicieron con el segundo tiempo recién empezado, cuando la policía liberó los accesos para ir a cobrar sus servicios. Algunos otros terminaron en la posta de atención médica.
En materia de seguridad en espectáculos deportivos, volvieron a demostrar que siempre se pueden hacer las cosas peor. El que paga los platos rotos es siempre el mismo: el hincha.
