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Con un equipo integrado por muchos suplentes y un partido discreto, el equipo de Marcelo Gallardo igualó 1 a 1 con Emelec en el Monumental y consiguió el objetivo: clasificar a los octavos de final.

Había que sumar, y River sumó. Sin luces, sin brillos, sin estridencias, es cierto. En un partido discreto, en el que extrañamente generó muy poco en el arco de enfrente. Pero con poco, a media máquina, le alcanzó para meterse en la siguiente fase de la Copa Libertadores.

Luego de un primer tiempo en el que pasó muy poco, el conjunto visitante consiguió la ventaja parcial a los 14 minutos del complemento, tras una desinteligencia entre Augusto Batalla y Lucas Martínez Quarta, que pudo aprovechar Ayrton Preciado.

Pocos minutos después del gol de Emelec, el Muñeco decidió mover el banco y tirar toda la carne en el asador. Cuando iban a ingresar Alario y Driussi, derrumbaron a Carlos Auzqui en el área y el árbitro sancionó penal. Ambos delanteros ingresaron, pero el que se hizo cargo de la pena máxima fue Rodrigo Mora, que volvió a convertir y marcar el tanto del empate final.

Sobre el cierre, Carlos Auzqui estrelló un remate en el travesaño. No hubo tiempo para mucho más. El millonario alcanzó el objetivo de meterse en octavos y ahora sólo piensa en el eterno rival.