Los pibes siempre te recuerdan, obviamente. Les diste alegrías, copas, trofeos, clásicos ganados. Pero ante todo, les hiciste vivir. Hablando mal y pronto, les diste historias. Les regalaste sonrisas. Los hiciste llorar. Siempre estabas. Nunca abandonaste.
Y todos los que se acuerdan de vos se ríen. ¿Te diste cuenta alguna vez de eso?
Todos te quieren. Todos dicen que sos un fenómeno. Que te levantás a tal hora temprano. Que estudiás mucho. Que das la vida por lo tuyo y también por lo nuestro. Se acuerda de vos el Gordo, que se fue hasta Paraguay para ver a tu equipo. Obvio que fue a alentar porque es hincha y porque vos lo dirigiste. También te fue a visitar Pipino a tierras guaraníes. Manu y el Turbo Iturbe casi ni te conocen, pero igual te admiran y te van a alentar.
También me enteré que te agradece todo Rodrigo, ese que sigue en la lista de la Copa Libertadores porque por más lesión que haya siempre está y estuvo con nosotros. Se acuerdan de vos los pibes, porque estabas más «para irte que para quedarte». Pero te quedaste.
HOY me acordaba de vos, cuando después de varios minutos y filas virtuales por problemas de sistema, una pantalla me permitió apretar el «compre seleccionado». Y me di cuenta entonces de que falta cada vez menos para que salgas a la cancha vestido de traje y saludes antes de sentarte. Y entonces te repetiremos otra vez que «esta campaña volveremo’ a estar contigo».
