Isotipo_Figuras3

No son fáciles las despedidas. Mucho más, cuando se dan de manera forzada, con diferencias -a esta altura- práctiacamente imposibles de zanjar. Es lo que sucede con Lucas Alario y su más que probable salida al Bayer Leverkusen. Es que el club alemán, el apoderado del futbolista y el propio jugador eligieron el camino más traumático o, al menos, el más doloroso para el Mundo River. Y el más perjudicial para el atacante, también.

«Es una oferta que me interesa», dijo el goleador de La Banda hace una semana atrás. En el club de Núñez no estaban dispuestos a negociarlo, pero daba la sensación que el Bayer Leverkusen iba a depositar el dinero para activar la cláusula de rescisión y nada iba a poder hacer la dirigencia millonaria, más que intentar convencerlo que se quede un tiempo más. La decisión ya estaba tomada.

Luego del triunfo ante Temperley, el Pipa esquivó una pregunta de la colega Angela Lerena sobre su futuro. Y estuvo bien Alario. Hasta que los alemanes no pusieran la tarasca, él era y es jugador de River. No debía involucrarse el jugador en negociaciones y decisiones que exceden sus deseos de emigrar a un ¿poderoso? de Europa.

Hasta aquí, todo dentro de lo normal. Hasta que llegaron los emisarios del Leverkusen, con médico incluido, y el goleador se prestó a una maniobra sucia y cuestionable. Sin autorización de SU club, sin avisarle a su entrenador, a espaldas de todos, Alario hizo la revisión en la Clínica Rossi con tanta mala suerte que varios colegas llegaron a tiempo para hacer guardia periodística. El #13 de La Banda metió un pique cortó y huyó cuando terminó los exámenes. Innecesario, cuanto menos.

La suciedad de todo esto no termina ahí. Nuestro colega Hernán Castillo anunció el domingo que Colón iba a ser el que ejecutaría la cláusula de salida. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué? La institución santafesina había llegado a un acuerdo para resignar parte del dinero que le corresponde por el 40% de los derechos económicos que todavía posee. De esta manera, el Leverkusen iban a desembolsar 24 millones de euros, pero iba a recuperar cerca de 5. ¿En qué lo beneficia a Colón? Que sólo cobrará 1.6 millones de dólares por ese porcentaje si River termina de comprar la totalidad de la ficha.

En las oficinas del primer piso del Monumental están que trinan. Por eso, enviaron una carta intimando al club interesado en desistir de la operación por romper los artículos 16 y 17 del Reglamento de Transferencias de Jugadores de la FIFA. Están dispuestos a llegar a instancias judiciales y solicitar sanciones deportivas y económicas para el Leverkusen, el representante Pedro Aldave y hasta el propio Alario.

¿Cómo terminará esta historia? Pocos lo saben. Con la postura que adoptó el jugador, parece no haber vuelta atrás. Lo que está claro es que el Bayer Leverkusen y Pedro Aldave jugaron sucio y los dirigentes de River irán a fondo por la vía legal. Alario se irá por la puerta de atrás, y es lo más triste de esta historia.