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LO HIZO SCOCCO, LO CELEBRA TODO RIVER (IMAGEN: Prensa River)

En un partido cerrado hasta el final, River encontró la felicidad en Ignacio Scocco, autor del único tanto de la noche en el Monumental. El millonario va a la Fortaleza con la ventaja mínima y sin haber recibido goles en casa.

Sangre, sudor…y nada de lágrimas. Al menos para River. Es que el millonario ganó uno de esos partidos cerrados y complicados. Típica semifinal de Copa. O una final anticipada, si se quiere, teniendo en cuenta la magnitud de los dos equipos.

En la primera etapa, el elenco de Marcelo Gallardo tomó la iniciativa y fue el dueño del balón hasta los primeros veinte minutos. Hizo circular la pelota, proyectó a sus laterales, soltó a sus volantes para que rodearan a Nacho Scocco, pero le costó encontrar la sintonía fina en los metros finales. 

En el complemento, la historia fue otra. Por actitud, protagonismo y empuje, hubo un equipo que salió a ganar y otro que salió a aguantar. No hace falta mencionar cuál fue cuál. Todavía sin ser del todo claro, se las arregló para arrinconar al Granate contra el arco de Andrada, que tuvo un par de buenas intervenciones y algo de suerte en un remate de Javier Pinola, que estrelló contra su palo derecho.

Los ingresos de Nicolás De La Cruz -especialmente- y de Carlos Auzqui -en menor medida- le dieron al millonario otra velocidad, otro vértigo, otra intensidad. Desde ahí, y sobre todo a partir de la presión alta que ejercieron Leo Ponzio y Enzo Pérez en campo rival, el Más Grande se las ingenió para generar peligro. A los 36, llegó la primera y única emoción. De La Cruz recibió en la puerta del área, no alcanzó a perfilarse bien para pegarle al arco y encontró mejor ubicado al Pity, que remató desde afuera, provocó el rebote en el arquero y Nacho Scocco, siempre atento, definió con el arco libre.

No hubo tiempo para mucho más. Para River fue un negocio redondo: no recibió goles del visitante y se llevó una victoria que lo acerca un poco más a la soñada final de América.