Franco Armani (9.75): Tapó absolutamente todo y tuvo una actuación que rozó la perfección absoluta en su puesto, y en un partido tan trascendental, en la final de una Copa ante el más acérrimo rival. Tuvo varias atajadas. ¿ Las más importantes? La doble tapada con los pies en el segundo tiempo y el cabezazo que rechazó sobre el travesaño. Gran mérito de la victoria es de Franco.
Gonzalo Montiel (6): Empezó con algunas dudas. Su lateral fue el elegido por los delanteros rivales para atacar. Un par de veces lo desbordaron, aunque nunca quedó tan mal parado que no pudo volver y ayudar a los demás defensores para resolver las diferentes situaciones. Luego, se asentó y logró cerrar su lateral, a tal punto que el rival le llegó poco.
Jonatan Maidana (8): Una actuación de antaño. El caudillo se puso el viejo overol de tantas noches coperas y dio una performance para la historia, demostrando que aunque el paso de los años puede quitar rapidez en las piernas, también puede darle a un jugador sabiduría y templanza para entender los posicionamientos en el terreno. Otra cosa que el tiempo no puede quitarle es su imponente temperamento, que anoche afloró nuevamente, sacando todo lo que le llegó al área.
Javier Pinola (7.5): Destacadísima actuación del central, que se complementó perfectamente con Maidana y entre ambos sacaron todo lo que merodeó por el área. No tuvo complejos para trabar, romper, tocar y también para revolear el balón cuando había que hacerlo. Fue impecable llegando a tiempo en los quites.
Marcelo Saracchi (6.5): No se vio el ida y vuelta de siempre en el uruguayo, pero obviamente se limitó más que nada a una tarea defensiva que fue prescripta por el entrenador. Por su lado no tuvo inconvenientes. Actuó con mucha firmeza.
Leonardo Ponzio (6.75): Empezó el partido yendo al roce, para darle a entender al rival que el Ponzio de las batallas superclásicas estaba en la cancha. Luego, no solo estuvo bien plantado en el mediocampo para controlar el avance del rival, sino que también fue importante para liderar el posicionamiento de los jugadores, quitando los espacios por donde el rival pudiera atacar.
Enzo Pérez (6.25): Lejos de su mejor versión, igual tuvo una destacable actuación con su forma temperamental de jugar el partido. No dejó a los mediocampistas rivales jugar libre y cuando tuvo la pelota trató de pasarla sin complicaciones, o como a veces, se mandó una gran corajeada hacia el frente, sacando el peligro del área de River.
Ignacio Fernández (8): Un jugador que se tenía una revancha jurada desde el último superclásico, cuando había sido expulsado. Nacho limpió su imagen y más, ya que en esta inédita final, causó las dos jugadas que derivaron en los goles de sus compañeros. En el primer gol pasando y luego recibiendo de Martínez cuando se introducía en el área de Boca, creando peligro y ocasionando un penal. En el segundo, con una corrida corajuda, con pecho inflado y teniendo la suficiente habilidad para pasar la pelota perfectamente a Martínez, que luego asistió al gol. Antes y después de los goles, Nacho fue importante en su posicionamiento, jugando inteligentemente, cubriendo en defensa y tocando simple en ataque.
Gonzalo Martínez (8): Gonzalo jugó este partido como usualmente se le pide que juegue todos los partidos: con gran percepción y compromiso para encontrar al compañero mejor ubicado, haciendo la individual para sacar un beneficio, no para que termine en la nada. Ayer, hizo ambas cosas en ambos goles, devolviéndosela a Nacho Fernández inteligentísimamente en la jugada del penal, y luego a Scocco para el gol, haciendo un hermoso amague y quiebre de cintura antes de centrar la pelota. Y por supuesto, se encargó de patear el penal, que en esas circunstancias no sería fácil patear para cualquiera: pero el Pity demostró su gran personalidad
Rodrigo Mora (7): Desde el primer minuto provocó con todo su ímpetu, aunque a veces se encontró en inferioridad de condiciones para la lucha. Pero ese esfuerzo fue contagioso para el equipo, y le dio a entender al rival que River iba a ser un hueso duro de roer. Si bien no pudo conectarse con Pratto, tuvo momentos de asociación con Martinez y Fernández.
Lucas Pratto (5.5): Muy poco lo del Oso, aunque al mismo tiempo no fue su culpa que no le llegara tanto el balón. La única que tuvo empalmó la pelota de primera pero se fue decididamente desviada. Meritorio su despliegue en el frente de ataque, para presionar la salida rival, pero no lo suficiente para mantenerse en el equipo titular de River.
Ingresaron:
Camilo Mayada (6.5): Entró con todo el vértigo que es reconocible en él, provocando un problema para el mediocampo rival al tener que guardar las subidas del uruguayo. También estuvo fino en la faceta defensiva y no sufrió sobresaltos.
Bruno Zuculini (6.5): Su entrada parecía una propuesta arriesgada, dado los antecedentes del mediocampista en los últimos partidos. Pero jugó el superclásico de la manera que se juegan estos partidos y ayudó a clausurar el área.
Ignacio Scocco (8): Quizás mereció ser titular, pero apenas le bastaron unos minutos en cancha para proporcionar lo que más sabe: su calidad técnica para el desequilibrio individual. Y la usó para que en un movimiento, se tirara atrás a desmarcarse y concluya con la exquisita definición entre 3 jugadores de Boca, para definir el partido.
Marcelo Gallardo (DT): Las presentaciones del equipo de los últimos meses habían hecho dudar a más de uno, pero ayer el Muñeco se encargó de recordarnos y refrescar las gestas ante Boca. Teniendo a un equipo que venía muy mal, y enfrentando a otro que venía muy bien, logró convencer a sus jugadores que la victoria era posible, utilizando una receta aún mas terrenal que las de las eliminaciones a Boca en el 2014 y 2015. Los jugadores captaron el mensaje y le respondieron en la cancha. Hasta las substituciones respondieron de gran manera.
Patricio Loustau (Árbitro): Muy bien. En un partido difícil, no dudo en cobrar un penal que cambiaba el rumbo del partido. Amonestó bien a Ponzio.
Estadio: Malvinas Argentinas de Mendoza. Estado de la cancha: Bien.
Resultado Moral: River 2-Boca 0.
