River y Huracán igualaron sin goles en el debut de la Superliga. El millonario arrancó mejor, pero el Pity Martínez desperdició un penal a los 15 minutos. De ahí en más, los de Gallardo cayeron en la confusión que propuso el elenco de Parque Patricios y el empate le calzó perfecto a un partido «horrible», como definió el propio Muñeco minutos más tarde.
Luego del buen resultado conseguido en Avellaneda con un hombre menos durante 45 minutos, el millonario se presentó en Parque de los Patricios con la esperanza de iniciar una nueva Superliga con el pie derecho. En la vereda de enfrente estaba Huracán, uno de los pocos equipos que había logrado vencer al Más Grande en lo que va del 2018, cuando recién iniciaba el año.
En la primera etapa, el elenco de Marcelo Gallardo asumió el protagonismo del partido y sometió al Globo. Tuvo una situación muy clara a los 4 minutos en los pies de Nacho Scocco, que quedó mano a mano con Marcos Díaz. El 1 del Globo achicó rápido y ahogó el grito de gol del atacante millonario.
Diez minutos después, River tuvo una oportunidad inmejorable para abrir la cuenta. El Pity desbordó por izquierda, tiró un centro y el balón rebotó en el brazo extendido de Garro. Loustau cobró penal. El propio Martínez se hizo cargo de su ejecución, pero su zurdazo se fue muy alto, por encima del travesaño.
A partir de ahí, el equipo del Muñeco se contagió del fastidio del Pity. Pasó a dividir el balón y cayó en muchas imprecisiones. Es cierto que el campo de juego no ayudó en nada, pero River comenzó a recuperarla y perderla rápida. En esa dinámica, el que salió ganando fue Huracán, que apostó a saltar líneas y tirar pelotazos a las espaldas de los centrales. La fórmula le dio resultado en la última jugada de la primera etapa, con un bochazo largo que superó a Pinola y que puso a Gamba mano a mano con Armani. El arquero del Más Grande logró tapar, pero en el rebote el propio Gamba le hizo un «tacle» y Diego Mendoza definió con el arco libre. Loustau, cerca de la jugada, anuló el tanto. Otro acierto del juez.
Si el primer tiempo terminó cayendo en cierta ordinariez, cuestan encontrar calificativos para describir lo que fue el complemento. El entrenador de La Banda movió el banco a los 15 minutos, pero los ingresos de Juanfer Quintero y Enzo Pérez no modificaron demasiado los esquemas. Solamente un tiro libre del colombiano que alcanzó a conectar Nacho Scocco pudo derivar en gol, también bien anulado por el árbitro. No hubieron siquiera situaciones medianamente claras para destacar, a excepción de un remate de Bogado que alcanzó a desviar Armani en complicidad con el palo.
Al millonario le faltaron luces para superar al Quemero, que planteó un partido incómodo para River e hizo su negocio. Otro arranque deslucido y con dudas en la Superliga.
