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VOLVIÓ LA CLÁSICA METRALLETA. VOLVIERON LOS GOLES Y LA ALEGRÍA PARA MORA (IMAGEN: Getty)

Volvió de las cenizas, como el Ave Fénix. Cuando muchos lo daban por terminado, apareció. En todo su esplendor. Logró reinventarse, como le gusta decir al DT. Con la cinta de capitán en el brazo. Todo un símbolo. Lo estábamos esperando. Es cierto que en lo que va del semestre, si hacemos un corte temporal en el inicio de la pretemporada en Miami, Rodrigo Mora estaba muy lejos del nivel anhelado. El propio uruguayo lo sabía. Por eso, sabía que estaba nueva chance que le brindó el Muñeco era tal vez una de las últimas. Y fue para Rodrigo una final, en el buen sentido de la palabra.

Recostado sobre la izquierda como un viejo wing o puntero, el entrenador millonario buscó abrir la cancha por las bandas y complicar a San Martín de San Juan, que llegó con un rígido 4-4-2 que pudo hacer muy poco ante cada ataque del Más Grande. El viejo y querido «para ser profundos hay que ser anchos», que profesó alguna vez César Luis Menotti, allá lejos y hace tiempo. En esa función, sorprendente para propios y extraños, lejos de ser un «marginal», Rodrigo Mora pareció por momentos imparable. Fundó con Camilo Mayada una sociedad casi perfecta. Lo propio hizo con Pratto (ver primer gol) y también con Nacho Scocco, aunque en menor medida.

El último partido que había jugado desde el inicio como titular fue ante Colón, en Santa Fe, el 7 de mayo pasado, por la 26° fecha del torneo anterior. Luego acumuló un puñadito de minutos ingresando en los segundos tiempos (San Lorenzo, Flamengo, Central Norte, Villa Dálmine, Huracán, Racing y otra vez el Ciclón). En ninguno de ellos logró resaltar. Mucho menos, marcar goles. Por eso, el doblete ante San Martín en el Monumental tuvo sabor a revancha. Por el juego, pero fundamentalmente, por la vuelta al gol, luego de casi 7 meses de aquél tanto ante Flamengo en un Maracaná vacío, por la fecha #1 de la fase de grupos de la Copa.

Con el doblete de ayer, Rodrigo Mora no sólo ganó en confianza. Además, alcanzó la marca de 34 goles en River y es el segundo goleador del ciclo Gallardo, por debajo de Lucas Alario, que lidera con 41 gritos. El que lo sigue inmediatamente es Gonzalo Martínez, que ya superó a Sebastián Driussi y se encuentra en la tercera colocación con 29 tantos. No es un dato menor, teniendo que hoy remarla desde atrás amén de los pergaminos y de todo el aprecio que siente el Muñeco hacia el uruguayo.

Los memes y las cargadas por su corta aparición en la serie televisiva «El Marginal» quedaron atrás. Hoy, hasta parecen ridículas. Retornó el Morita de siempre, «el más picante del condado», justo en la semana más hermosa y complicada del año. Como diría el personaje ‘Marito Borges’ a la hora de levantar la copa y pedir un deseo: «Cosas buenas».