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EL PITY Y NACHO VOLVIERON A SER PROTAGONISTAS DE OTRO CLÁSICO SOÑADO.

¿Que los clásicos son historias apartes? ¿Que los River-Boca son partidos irrepetibles? Pity Martínez y Nacho Scocco volvieron a marcar los goles para el Más Grande y repitieron el último triunfo en Mendoza que permitió ganar la Supercopa Argentina.

No se trataba de una final ni había una Supercopa en juego. Tampoco estaban las dos hinchadas ni se jugó en terreno neutral. Sin embargo, los grandes protagonistas volvieron a ser los mismos de aquella noche mágica y soñada en el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza, seis meses y nueve días después del inolvidable 14 del 3.

Esta vez, el escenario fue la Bombonera y lo que estaba en disputa era la sexta fecha de la Superliga de Fútbol Argentina. Otro vez, como tantas otras vez, el equipo de Marcelo Gallardo sacó a relucir su personalidad e inteligencia para afrontar este tipo de partidos, que los hinchas lo viven como una verdadera final.

En el juego de las semejanzas y diferencias, el Pity volvió a abrir la cuenta del Superclásico. Esta vez no hubo un penal, pero sí un bombazo de zurda y de volea. Inatajable para Rossi. En el complemento, entro Ignacio Scocco para rematar el derby. Aquí no hubo centro atrás de Martínez -que debió ser reemplazado en el primer tiempo por lesión- ni un toque sutil de Nacho -le rompió el arco tras una jugada Made In Colombia-.

Cada clásico es una historia aparte. Son partidos únicos y diferentes. Sin embargo, el Pity y Nacho volvieron a vacunar a Boca y a darle el triunfo a River en otro gran superclásico. Que la historia se repite otra vez…