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EL MILLONARIO SUPERÓ AL ROJO, DE PRINCIPIO A FIN (IMAGEN: Juano Tesone)

Con fútbol, coraje y presión alta como sello distintivo, el equipo de Marcelo Gallardo fue mucho más que Independiente y lo tradujo en el marcador. Fue 3 a 1, con tantos de Ignacio Scocco, Juan Fernando Quintero y Rafael Santos Borré. Ahora, enfrentará a Gremio en semifinales.

En la primera etapa, el millonario fue el que tomó la iniciativa y contó con las situaciones claras. Sobre todo en esos primeros veinte o veinticinco minutos, en los que hizo gala de su presión alta como sello distintivo e intentó jugar bien cerca del arco de Martín Campaña.

A los 7 minutos, Milton Casco metió un centro milimétrico al pecho de Ignacio Scocco. El control de Nacho se fue un poco largo y remató forzado, de mediavuelta, a las manos del arquero de Independiente. A los 10′, el equipo del Muñeco volvió a llegar con peligro, esta vez por un pase filtrado de Ignacio Fernández, que dejó a Scocco en diagonal al arco. El atacante del Más Grande remató al arco cuando tenía pase al medio, pero su disparo alcanzó a rebotar en la pierna milagrosa de Alan Franco. Dos minutos después, Gonzalo Montiel combinó con Lucas Pratto, que luego de un primer rebote, apuntó a un palo, débil y a colocar. El #25 del Rojo resolvió con solvencia.

River era decididamente más en el trámite y ahogaba al equipo de Holan en su campo. Sin embargo, a los 26 minutos sucedió una jugada insólita: Javier Pinola anticipó y barrió dentro del área, pero con el envión se llevó puesto a Martín Benítez y le metió un planchazo que debió ser penal para la visita. Esta vez, en la revisión del VAR no hubo unanimidad, por eso el juez Anderson Daronco decidió darle continuidad al juego, sin sancionar la pena máxima.

A partir de ahí, el millonario decayó en su intensidad, Independiente emparejó el desarrollo y el resto del primer tiempo cayó en una meseta. El Rojo estuvo cerca en la última jugada, con un balón que alcanzó a peinar Martín Benítez en el primer palo. Armani, atento, controló en dos tiempos.

Si los primeros 45 minutos culminaron «planchados», el inicio del complemento fue la contra cara. A los dos minutos, los de Núñez hicieron cumplir una máxima futbolera: goles que no se hacen en un arco, se sufren en el otro. Así nació el primer grito de la noche, luego de una resolución fallida de Emanuel Gigliotti en el área de River. En la contra, el Más Grande respondió con una buena combinación de Nacho Scocco y Rafael Borré. El colombiano metió un pase entre los centrales y el ex-Newell’s, con la cara interna de su botín derecho, la puso contra un palo, imposible para Campaña.

El gol de Nacho empujó a Independiente a salir a buscar el empate. Esto abrió el partido. A los 6 minutos, Silvio Romero se comió un gol increíble luego de una «peinada» de Gigliotti. El ex-Lanús definió con un violento derechazo, apenas desviado por encima del travesaño. Sin embargo, la revancha llegó cinco minutos después. El propio Giogliotti ganó en lo alto frente a Pinola, guapeó y superó en velocidad a Maidana. El ex-Boca definió al cuerpo del arquero, pero Armani no pudo contener y en el rebote le sirvió el tanto a Romero, que estableció la igualdad y puso al Rojo a un paso de las semis.

Inmediatamente, el Muñeco frenó el cambio que tenía pensado hacer (iba a ingresar Bruno Zuculini) y decidió mandar al campo de juego a Juanfer Quintero, que tendría su noche soñada. Es que el colombiano fue determinante para poner al Más Grande otra vez en ventaja. A los 23′, luego de una serie de rebotes fortuitos, el #8 de La Banda amagó en la puerta del área y la puso contra el palo izquierdo de Campaña, que sólo atinó a mirar cómo ingresaba la pelota en el arco. Un verdadero golazo. Una inyección de talento y fútbol cuando parecía que se venía la noche.

El tanto de Juanfer desarmó anímicamente a Independiente, que más allá de las variantes de Holan, no logró salir del pozo. Para colmo, a los 39′ el recién ingresado Nico De La Cruz encabezó otro contragolpe a pura velocidad y habilitó a Rafa Borré, que con un movimiento se perfiló para la derecha y colocó el balón en el ángulo. Otro tanto deluxe, para terminar sellando una victoria trabajada y compleja, pero justa al fin.