En River hay preocupación por la designación de Mauricio Espinosa Rodríguez, polémico juez de línea uruguayo. Sus vínculos con Jorge Larrionda, Mauricio Macri y la mano negra que podría perjudicar al millonario en la final superclásica.
En Núñez pusieron la guardia más alta que nunca. No es para menos. Desde que conocieron la designación de los jueces para la gran final en el Monumental, hay un nombre que desvela al Mundo River. Se trata de Mauricio. No es el Presidente de la Nación precisamente, pero algo tiene que ver.
Mauricio Espinosa Rodríguez, uruguayo, 36 años, será el asistente número dos en la final que disputarán River Plate y Boca Jrs. este sábado en el Monumental. Hasta aquí, parece un dato irrelevante. Sin embargo, al revisar el complejo historial de errores de Espinosa y sus vínculos con Jorge Larrionda, la cosa comienza a ponerse un poco turbia.
Para los desmemoriados, el ex-arbitro uruguayo Jorge Larrionda cuenta con un récord curioso: dirigió más veces a Boca jrs. por partidos internacionales que a los equipos de su propio país por campeonatos locales. Lo hizo en 15 oportunidades con el club boquense, mientras que con Peñarol y Fénix suma apenas 9 presencias.
En la actualidad, Larrionda es el presidente de la AUDAF (Asociación Uruguaya de Árbitros de Fútbol) y una persona que sigue teniendo muchas influencias en las designaciones de CONMEBOL. Sin ir más lejos, estuvo en la mesa del VAR el día que Lanús eliminó a River, por las semifinales de la Copa Libertadores 2017. Se comió un claro penal de Iván Marcone y una falta previa de Román Martínez sobre Ariel Rojas en la previa del tercer tanto.
La estrecha relación de Mauricio Macri con Jorge Larrionda no es ningún secreto. De hecho, a fines del 2017 mantuvieron algunas reuniones con Alejandro Domínguez y Horacio Cartes para que Paraguay fuera sede del Mundial 2030. Al menos, así lo anunciaron públicamente. ¿Hubo algo más?
Más allá de los errores reiterados de Mauricio Espinosa Rodríguez en el fútbol uruguayo y el papelón en el gol de Frank Lampard que no convalidó en el Mundial de Sudáfrica 2010, hay otro tema que preocupa: será el último partido del lineman nacido en Montevideo. En caso de otro error grotesco, no habrá sanción que valga. No tiene nada que perder.
Por todo esto, en River tomaron nota y están atentos. Ojo con Mauricio.
