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¡RIVER SE QUEDÓ CON LA FINAL SUPERCLÁSICA Y ES CAMPEÓN DE AMÉRICA!

River venció a Boca 3 a 1 en el Santiago Bernabéu y se coronó campeón de la Copa Libertadores por cuarta vez en su historia. Darío Benedetto puso en ventaja al eterno rival, Lucas Pratto, Juanfer Quintero y Pity Martínez le dieron una victoria inolvidable al millonario. El fútbol venció a la mafia que nos robó la localía y la fiesta en el Monumental.

Fue la final más larga de la historia. Por lo lejos que quedó el partido de ida en la Bombonera. Por la fecha FIFA en el medio. Por los incidentes que obligaron a postergar la revancha en Núñez por duplicado. Por todo el manoseo que hubo en el medio. Por las apelaciones y el TAS. Y porque, después de los 90 minutos reglamentarios, tuvieron que llegar a un alargue y a un segundo tiempo épico para el millonario.

En los primeros 45 minutos, a River no le salió casi nada de lo que planificó. El equipo de Guillermo Barros Schelotto bloqueó las bandas con sus extremos, llenó el centro del campo con volantes de quite y despliegue y neutralizó todas las sociedades que podía generar el elenco del Muñeco desde el buen pie de sus mediocampistas. Con un planteo defensivo y apostando a la contra o a una pelota parada, el xeneize se las ingenió para arribar un poco de peligro sobre el arco defendido por Franco Armani. Así, de una salida en falso de Andrada, un centro pasado del Pitt y un bochazo largo de Nández llegó el primer grito del encuentro, con una muy buena definición de Darío Benedetto.

En el complemento, River salió con otra postura. Soltó un poco más a Nacho Fernández, que comenzó a jugar a las espaldas de Barrios y a encontrarse más con Palacios. Sin embargo, hubo un cambio que fue gravitante: el ingreso de Juanfer Quintero por Leo Ponzio. Con Boca mucho más replegado en su campo, el millonario comenzó a dominar el juego y a romper por el medio, sin tanto bochazo hacia las bandas como en el primer tiempo. Así nació el gol del empate, con una excelsa pared entre Nacho y Palacios. En el centro atrás apareció nuevamente Pratto para meter a River en el partido y soñar con el título.

River siguió buscando y generando situaciones con su fórmula. No tan claras como en el inicio del segundo tiempo, pero merecía más. Boca, por su parte, apeló casi exclusivamente a la pelota parada, ya que sintió el desgaste que hizo en la primera etapa y se quedó sin piernas para las contras.

Los noventas terminaron 1 a 1, pero dejaron un mejor sabor para River, que terminó más entero desde lo físico y desde la propuesta futbolística. Si en el primer tiempo se jugó como quería Boca, en el complemento y buena parte del suplementario el que puso condiciones fue el Millo. En el inicio del segundo período del alargue River construyó otra jugada a puro toque. Esta vez, el que recibió en la puerta del área fue Juanfer, que ya había probado en un par de oportunidades, sin demasiada puntería. La tercera fue la vencida y la clavó en un ángulo. ¡Golazo del colombiano! ¡Delirio en el Bernabéu!

Con la ventaja, el xeneize salió en busca de la igualdad y el partido se rompió definitivamente. Andrada dejó de preocuparse por su valla y salió a buscar la heroica en el área contraria en cada pelota parada. River, de contra, podía estirar la diferencia. Para colmo, Fernando Gago debió abandonar el campo de juego por una nueva rotura en el tendón de Aquiles. A los ponchazos, Jara casi pone el empate. El palo jugó para River. En el córner siguiente, Armani manoteó ante la embestida de Andrada y el millonario salió de contra con un taco y un pase largo de Quintero. El Pity, con una larga carrera, atravesó la cancha de área a área y anotó el 3 a 1 final. ¡Histórico!

Así, el equipo de Marcelo Gallardo superó todos los obstáculos, incluyendo un arbitraje lamentable y parcial de Andrés Cunha, y terminó celebrando la conquista de su cuarta Copa Libertadores en las narices de su eterno rival. River venció a la mafia que le sacó su localía y es nuevamente EL MÁS GRANDE DE AMÉRICA. ¡Salud Campeón!