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IMAGEN: Télam – Fernando Gens

(INCLUYE VIDEO) Un día como hoy pero de 2014 el equipo de Ramón vencía a Boca con un tanto agonico de Ramiro Funes Mori en la mismísima Bombonera y daba comienzo a una etapa inolvidable en materia de superclásicos. 

El Cordobazo. El Rodrigazo. El Tucumanazo. El Rosariazo. Muchas de estas revueltas populares marcaron un antes y un después en la historia de nuestra patria. Desde el 30 de marzo de 2014 hay que agregar una nueva revolución a los manuales: el Ramirazo.

Corría el minuto 40 del segundo tiempo cuando el árbitro Nestor Pitana señaló un tiro de esquina que todavía se discute. «No fue córner», proclamaron desde el elenco local, durante y después del partido. Hasta el día de la fecha. Lo cierto es que Agustín Orión salió a cualquier lado, Ramiro Funes Mori anticipó en las alturas y marcó el 2 a 1 que le dio el triunfo al Más Grande en la mismísima Bombonera. Un terreno en el que no vencía desde el 2004.

Antes, Manuel Lanzini había abierto el marcador luego de una gran jugada colectiva y Juan Román Riquelme, de tiro libre, había anotado el empate parcial para el elenco dirigido por Carlos Bianchi.

Sin embargo, lo que pasó a la historia es ese grito agónico y desgarrador del Mellizo, que fue titular en el derby gracias a una «jugarreta» de Juan Carlos Crespi en AFA. Un par de meses después, el millonario conseguiría el primer título de la Era D’Onofrio. 

Un Superclásico que valió más que tres puntos. El inicio de una época gloriosa en materia de superclásicos. Sus efectos después del 9 de diciembre están más vigentes que nunca.

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