Isotipo_Figuras3

Marcelo Gallardo y su cuerpo técnico estuvieron presentes en el River Camp para seguir de cerca el partido de Reserva. La intimidad de un Muñeco que vive y respira River, veinticuatro por siete. La casa está en orden.

Mate en mano. Acompañado Matías Biscay y Hernán Buján, sus colaboradores de siempre, y Rodrigo Barnao, Gerente General del Fútbol Profesional de River. Asomado por esa ‘ventanita’ que da a la cancha número del River Camp, pero que todo lo ve. Desde allí, Marcelo Gallardo y su equipo de trabajo siguen de cerca las acciones del partido de Reserva.

Sus dirigidos tenían día libre, pero Enzo Pérez y Lucas Martínez Quarta decidieron ir al predio con algunos familiares para ver el partido que disputa el equipo del Luigi Villalba ante San Martín de San Juan. También están presentes algunos integrantes del Departamento de Fútbol Amateur, incluyendo un coordinador y un técnico de infantiles. Esos detalles tampoco se le escapan al gran estratega que apodaron ‘Napoleón’.

En el verde césped, no sólo observa a su hijo Nahuel. La presencia de varios integrantes del plantel profesional, con Cristian Ferreira, Santiago Sosa y Jorge Carrascal a la cabeza, hacen que el partido tenga un atractivo mayor. Para el Muñeco, es otro examen. En este River no hay tiempo ni lugar para relajarse.

Marcelo Gallardo no para. Ni siquiera en Semana Santa. Está desde el primer sol de la mañana hasta el último de la tarde. Por eso convirtió el predio de Ezeiza en el renovado River Camp. Por eso pasó de ser un campo agreste a transformarse en su segundo hogar. O el primero, tal vez. El tipo vive y respira River. La casa está en orden.