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LA ALEGRÍA MÁS GRANDE DE UNA HISTORIA REPLETA DE GLORIA (IMAGEN: Getty)

Hoy se conmemoran 118 años del nacimiento del Club Atlético River Plate. Un año más de vida. Un año más grande. Al vigente campeón de la Copa Libertadores de América más importante de la historia…¡Feliz cumpleaños!

Cuenta la leyenda que River nació un 25 mayo de 1901, en el barrio de La Boca, por la fusión de dos equipos tradicionales de la zona sur de la ciudad de Buenos Aires: Santa Rosa y La Rosales. Eran jóvenes que frecuentaban as carboneras Wilson, allí en la Dársena Sur, y que soñaban a lo grande, aún en un contexto de absoluto amateurismo y escasez de recursos. Lo que quizá no imaginaron estos chicos es que 117 años después el mundo entero los vería levantar la copa más importante de la historia.

¿Cómo resumir 118 de vida de una institución tan gran y tan gloriosa en unas pocas líneas? Es realmente una misión imposible. Tal vez la mejor manera de rendirle tributo a esta historia es decir que River fue y es desde su nacimiento un club social, cultural y deportivo, más allá de su equipo de fútbol. Que nació siendo un club de barrio, chiquito y humilde, pero con los años se volvió en la entidad más popular del fútbol argentino y multiplicó su pasión a lo largo y ancho del mundo.

Desde aquellos equipos de la Era Amateur que consiguieron el ascenso en 1908, el primer título internacional en la Tie Competition de 1914 y el primer torneo local en 1920, pasando por las épocas doradas del profesionalismo en los ’30, ’40 y ’50, el nacimiento del apodo ‘Los Millonarios’, la aparición de Bernabé, la presencia de ‘La Máquina’ y más tarde ‘La Máquinita’, River no paró de crecer. Nunca. A tal punto que se tuvo que ir del barrio que lo vio nacer porque le quedó chico. Se fue a Sarandí, volvió a La Boca, tuvo que alquilar algunos estadios hasta que finalmente pudo construir uno propio en Palermo en la década del ’20 y luego llegar al Monumental en 1938.

Mientras pasaba todo esto, River era un fenómeno social. El club argentino con más asociados. No era sólo fútbol. Muchos se volcaron a otras disciplinas, como por ejemplo el básquet, uno de los deportes que apasionaba a Ángel Labruna. Entre 1937 y 1938 el millonario fue tricampeón de Liga de la Federación de Buenos Aires. En las décadas del ’50 y ’60 conseguiría seis títulos más.

Volviendo al fútbol, River construyó su identidad con un estilo ‘de galera y de bastón’. Futbolistas exquisitos, habilidosos, de mucha técnica y paladar refinado. Sus mayores exponentes fueron La Máquina de Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau primero y La Maquinita de Vernazza, Prado, Walter Gómez, Labruna y Loustau pocos años después. Tuvo, además, el privilegio de contar con Amadeo Carrizo, «el inventor del arco». El mejor arquero de todos los tiempos.

A riesgo de pecar de injustos, es imposible no mencionar a Leopoldo Bard y Antonio Vespucio Liberti, grandes visionarios que construyeron desde lo dirigencial un club modelo único en el mundo. Tampoco podemos omitir a Víctor Caamaño, el DT que logró los primeros títulos en la era profesional en 1932. Mucho menos a Emérico Hirschl, Renato Cesarini, Carlos Peucelle y José María Minella, grandes entrenadores campeones en las décadas del ’30, ’40 y ’50.

Luego de un capítulo sin títulos pero con grandes equipos entre fines de los ’50 y mediados de los ’70, volvió Ángel Amadeo Labruna para poner las cosas en su lugar y erigirse como el ídolo máximo de la institución. Ahora como entrenador. Angelito refundó futbolísticamente a River. Forjó un equipo ganador. Y nos acostumbró nuevamente a las vueltas olímpicas.

Más acá en el tiempo vinieron más épocas de gloria. El equipo del Bambino y la primera Libertadores de la historia, con vuelta olímpica en la Bombonera y la Intercontinental ganada en Japón como frutilla del postre. El River de Ramón y la segunda Libertadores, el tricampeonato local y la primer Supercopa. Los títulos locales de los años 2000. La resurrección en el 2014, otra vez de la mano de Ramón. Y el nacimiento de un prócer impensado: Marcelo Gallardo. Todo lo que sucedió desde la llegada de ‘Napoleón’ hasta estos días merece un capítulo aparte.

La historia de River es gigante. Toda síntesis es injusta. Toda recopilación es incompleta. En definitiva, porque su gloria se multiplica en cada segundo que pasa. Hoy cumple 118 años. Un año más de vida. Un año más grande.

¡Feliz Cumple, campeón!