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River volvió a demostrar porque es el mejor equipo del fútbol Argentino: venció con categoría a Racing, último campeón, por 6 a 1 y hasta se fue aplaudido por el público local.

Hablar de este equipo es redundante. La muestra de carácter, el pressing asfixiante, el juego asociado, son las claves de un conjunto que cuando juega esos partidos de «ganar o ganar», tiene un plus. Y anoche no fue la excepción.

Pese a comenzar perdiendo casi desde el vestuario, mostró una fortaleza mental para darlo vuelta y en tres minutos conseguir 3 goles para dejar al rival y a sus hinchas sin entender nada al respecto, dándole un cachetazo psicológico irreversible. Los goles de Borre, los pases de Palacios, la entrega y el juego de Suárez y la vuelta de Scocco con gol incluido, hacían una noche ideal.

River fue perfecto en todas sus líneas. Más allá a recibir un gol por un error en la salida de Montiel, supo recuperarse, no se desesperó y uso el desgaste. Maniató a Racing en cada pelota que los de Avellaneda tenían en su poder, generando el error, para beneficio propio.

Infinidad de situaciones, puntos muy altos en el juego y una regularidad tanto en el que entra como en el que sale que parece que River tuviera quince titulares. Si en los diferentes torneos comienza de menor a mayor, estamos en presencia de una era, de un antes y un después, que día a día, no deja de sorprender.

El próximo partido será de local y a cancha llena. ¿Podrá el conjunto de Napoleón volver a demostrar su superioridad y mantener este nivel superlativo? Si sigue de esta forma, por lo hecho en Brasil, contra Lanús y lo demostrado versus Racing, Cerro Porteño deberá jugar un partido perfecto para no sufrir a esta máquina de ganar que se ha vuelto el millo.