El arquero de River volvió a la titularidad del arco millonario luego de casi dos años y fue la figura del encuentro. Le transmitió seguridad a la defensa, atajó para 10 puntos y mantuvo el arco en cero con tapadas en momentos trascendentales de partido.
El 9 de diciembre es una fecha imborrable para los hinchas de River. También para Enrique Bologna. ¿Por qué? El mismo día que el millonario vencía a Boca por la final de la Copa en Madrid, un año antes el Beto atajaba su último partido oficial en el arco del Más Grande. Ese día los dirigidos por Marcelo Gallardo derrotaban en la final de la Copa Argentina a Atlético Tucumán en Mendoza.
Con la llegada de Armani y la concreción de Germán Lux como primer suplente, las chances del Beto en el arco eran casi nulas. Pero con el descanso que Gallardo decidió darle a Armani pensando en Boca y la lesión de Poroto, esta vez los caminos conducían para que el ex-Gimnasia pudiera volver a ponerse los guantes de forma oficial.
¡Y de qué manera lo hizo el Beto! Estuvo firme de arriba y de abajo, cortó todas las pelotas que llegaban bajo los tres palos y salvó a River tapando un mano a mano y un cabezazo en lo bajo en esa primera parte cuando parecía que Gimnasia emparejaba el encuentro.
La segunda mitad también lo tuvo muy participativo al arquero oriundo de Claypole, que tapó un remate de Víctor Ayala de media distancia y se mostró aplomado en cada centro del rival.
Una vez finalizado el encuentro y en dialogo con la prensa se sinceró y comentó: «Extrañaba muchísimo esto, Me prepare día a día para cuando me tocara, se hizo largo, pero intente disfrutarlo y rendir para ayudar a mis compañeros. El día a día en los entrenamientos son muy a full, a ritmo de fin de semana, y eso te mantiene vivo, activo, Me sentía listo para hoy», explicó el #1 de hoy.
Fue una noche de 10, para Bologna y también para River, que sabe que cuando lo necesite el Beto ya está de vuelta…
