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RIVER IMPUSO TODA SU CATEGORÍA Y SUPERÓ A ALMAGRO SIN ATENUANTES (IMAGEN: Prensa River)

Un River lujoso paseó su fútbol por la tierra del buen vino y demostró toda su categoría venciendo 2 a 0 a Almagro, que por su arquero no se llevó más goles a José Ingenieros. Así, concretó su pase a semifinales y espera por Colón o Estudiantes de Buenos Aires. 

El Más Grande no tuvo piedad de su rival y salió a atacarlo desde el primer segundo de partido. Combinó toques y calidad que hacían que su rival atónito mire cómo el millonario circulaba la pelota.

Así vino el primer gol, a los 6 minutos de juego. Una combinación perfecta de toques en la puerta del área entre De La Cruz, Palacios y Fernández, que fue quien remató. Borré capturó el rebote que se produjo entre Limousin y el travesaño para poner la primer alegría de la noche.

River no se rindió y lejos de relajarse, siguió mostrando movilidad en en el rombo final cercano al arco de Almagro. Los cruces posicionales entre el uruguayo De La Cruz y Nacho Fernández, ya sea punta o centro, desconcertó al Tricolor y así,  por el medio como en el primero, casi llega el segundo. Perfecto toqueteo de los que saben y habilitación para Scocco, que balanceó el cuerpo hacia un lado, desparramó al «1» de Almagro y definió de forma defectuosa al palo. Quedó atragantado el segundo grito de la noche. Al menos por ahora.

Pese a esperarlo muy agazapado, en una contra Juan Manuel Martínez jugó rápido para Facundo Suárez, que se sacó la marca de Pinola y quedó mano a mano con Armani. El arquero millonario sacó el remate del «9» con el pie izquierdo y evitó la caída de su arco.

El elenco del Muñeco mantuvo el dominio en esos minutos restantes, pero no fue profundo. Así, la primera parte se fue con la mínima ventaja para los de Nuñez.

El complemento comenzó de la mejor manera para River. Es que Borré, como siempre molesto e inquieto, iba a quedar mano a mano ante Limousin, pero antes de que ingrese al área Nicolás Arrechea lo derribó y se fue expulsado por último recurso. Scocco se hizo cargo de la pelota parada y sacó un remate fuerte y seco, a puro empeine y al centro del arco, pero el arquero alcanzó a desviar por encima del horizontal.

Con el hombre de más, la circulación y los espacios crecieron. El partido se jugaba a merced de River, que mediante remates de Palacios y Fernández se acercaban al segundo gol de la noche. Atacaba por izquierda, por derecha y por el medio y el posicionamiento del millonario que parecía multiplicarse.

A puro toqueteo en zona caliente, y de nuevo por el medio, Nacho Fernández pinchó un balón filtrado para el otro Nacho, Scocco, que definió de forma sutil ante la salida de un arquero que no tenía mucho por hacer. El segundo también fue producto del juego colectivo. El equipo se floreaba.

Para colmo, lejos de saciarse, Gallardo mandó a la cancha a Pratto y Quintero. El Oso, en la primer pelota que contacta, exigió a Limousin con un cabezazo que el golero sacó por arriba del travesaño. Juanfer, por su parte, metió un slalom en la puerta del área y cruzó un remate que obligó otra vez a la estirada del «1» del Tricolor, que logró enviar la pelota al córner.

La frutilla del postre fue el regreso de Leo Ponzio, que no jugaba desde la vuelta en Brasil ante Cruzeiro. Todo era perfecto para River, que jugaba a gusto y piaccere. Juanfer de pelota parada casi aumenta la cuenta, pero la figura de Almagro tapaba otra gran pelota.

De ahí en más, Almagro se dedicó a esperar que River no haga otro gol, y «a lo Boca» sacó todo tipo de pelotazos a su centrodelantero, que estaba muy solo y sin descarga.

River, mientras tanto, seguía generando. Tuvo un tiro libre de Quintero que se fue ancho, un centro-arco de Milton que se estrelló en el travesaño y una de Nacho Fernández que entró al área a puro toque pero elevó su remate por tener la pelota muy encima de su cuerpo.

El millonario llegó así a su cuarta semifinal de Copa Argentina en forma consecutiva y logró extender a 21 su racha de encuentros sin derrota en noventa minutos por este torneo. Ahora a esperar rival y sede para seguir haciendo historia.