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OSWALDO VALENCIA, LA PROMESA COLOMBIANA DE LA SÉPTIMA DIVISIÓN, MANO A MANO CON LA MÁQUINA.

(INCLUYE VIDEO) Su viaje desde Colombia a Junín. Sus primeros pasos en Sarmiento. Su llegada a River. Los años en Liga Metropolitana y la sorpresa de Marcelo Gallardo. Su debut en AFA. Su pretemporada en Reserva. Su debut con el equipo de Borrelli-Fermani a comienzos de 2020. Un recorrido por la ascendente carrera de Oswaldo Valencia Motta, el juvenil colombiano que quiere seguir los pasos de Radamel Falcao García y dejar su sello en el Más Grande de América.

La historia de Oswaldo Valencia parece salida de un cuento de ficción. Nació en Florencia, un municipio que pertenece al Departamento de Caquetá, en el sudeste de Colombia. Allí donde comienza a asomar el Amazonas. También donde empezaron a florecer los sueños de un joven inquieto, con ganas de seguir los pasos de Radamel Falcao García y convertirse en goleador y figura del fútbol argentino.

La aventura de Oswald -así lo llaman sus compañeros- tiene su punto de partida en una larga travesía. ¿Su destino? Junín, Provincia de Buenos Aires: «El primer viaje que hice a la Argentina fue en micro. Mis compañeros no me creían cuando les conté…¡viajamos ocho días! Obviamente parábamos a comer, pero fue un viaje eterno, larguísimo. Llegamos acá en temporada de frío. Imaginate que veníamos acostumbrados al calor, la pasábamos muy mal. Llegamos a Junín para tener una prueba durante seis meses en Sarmiento. Al que le veía condiciones se quedaba y los demás se volvían», relató Valencia Motta en diálogo con LA MÁQUINA RADIO.

Una vez instalados en Junín, llegó el tiempo de la adaptación. Nuevas costumbres, comidas y un acento que comenzó a incorporar con el paso del tiempo: «Los primeros días de entrenamientos escuchábamos a los compañeros y hablaban distinto. Los queríamos imitar pero nos salía muy mal. Tengo un amigo que vino conmigo y todavía tiene el acento colombiano. ¿Por qué perdí mi acento? Yo supongo que fue porque vine de muy chico», admitió el atacante.

Su destino se topó con una grata sorpresa al poco tiempo: la chance de jugar en River. ¿Cómo sucedió? «Fue raro. Fui a jugar un torneo con Sarmiento en Olavarría. Después de ese torneo nos fuimos de vacaciones con mi tutores a la costa. Un día le llega un mensaje a mi tutor, me dijo que era para ‘hacer una prueba con La Banda’. Yo le devolví el celular y no había entendido bien. Me dijo que era para ir a River, yo no lo podía creer. Volvimos de las vacaciones. Si no recuerdo mal la prueba fue un 8 de marzo de 2016. Hicimos un amistoso y justo el delantero de la categoría había faltado ese día. Jugué para los titulares, por suerte me fue bien y quedé», recordó.

Los primeros meses en el club de Núñez tampoco fueron fáciles. Por cuestiones reglamentarias, debió conformarse con sumar minutos en la Liga Metropolitana, un torneo paralelo que lo tuvo como protagonista destacado hasta llegar a la Séptima División: «Cuando llegué ya sabía que por el hecho de ser extranjero no iba a poder jugar en AFA. Siempre con la expectativa que al año siguiente iba a poder hacerlo. Empecé a jugar en Liga, disfruté mucho ese momento. En prenovena jugaban AFA y Liga los domingos, pero cuando pasamos a Novena ellos jugaban sábado y yo el domingo con Liga. Iba a verlos y tenía ganas de estar ahí, pero igual estaba tranquilo», admitió.

Más allá de jugar en Liga, Valencia Motta comenzó a destacarse partido a partido. Hasta sorprendió a un tal Marcelo Gallardo, que solía ver la categoría 2003 y a su hijo Matías. A tal punto que le contó a Diego Borinsky mientras hacía las notas para la edición del libro «Gallardo Recargado» que había un delantero colombiano que lo deslumbraba: «Me enteré de eso por la mamá de Duncan Hughes. Me mandó la foto de la página que decía eso. Que te mencione el técnico más ganador de la historia de River en un libro es muy lindo. Esto igual es día a día y hay que seguir trabajando. Es muy motivador el hecho de estar jugando, te das vuelta y ves al técnico de primera. Te hace sentir importante, que siempre estén pendientes de todas las divisiones», indicó.

El 3 de agosto de 2019 llegó el momento anhelado: la Séptima, junto a la Octava y Novena División, viajó a Santa Fe para visitar a Unión por la Superliga Juvenil. Ese día goleó 4 a 2 en la Tatenguita y Oswaldo consiguió debutar en torneos de AFA: «Fue medio raro. Viajé a Santa Fe por las dudas, sin estar habilitado. Cuando bajamos a cenar ese día me dijeron que ya estaba habilitado. Me puse muy contento, había esperado cuatro años para que llegue ese momento. Los compañeros me fueron a felicitar y me saludaron. Obviamente estaba ansioso, pero también tranquilo. Al otro día, cuando me tocó entrar estaba muy feliz, haber esperado tanto y que se me haya dado fue algo muy lindo», contó el delantero cafetero.

«Fue un torneo muy lindo, teníamos la expectativa hasta el final, no se dio. Igual lo disfrutamos muchísimo. Los primeros dos partidos se me complicó un poco el tema la intensidad, el hecho de pasar de Liga a AFA es muy distinto la verdad. Los compañeros, el técnico, los profes me ayudaron mucho», agregó a la hora de hacer un balance sobre su primer torneo oficial.

La película de Oswaldo tiene un capítulo más que especial en su vertiginosa carrera: «Pasaron los seis meses, me fui de vacaciones a Colombia con mi familia y me llegó un mensaje de mi tutor diciéndome que tenía que hacer pretemporada con la Reserva. Estaba muy feliz, no me lo esperaba. Lo primero que hice fue decírselo a mis hermanas, pero no me dijeron nada, era como que no entendían qué era Reserva. Cuando le cuento a mi papá sí, el entendió un poco más y se puso muy contento», reveló.

Luego de la pretemporada con Reserva, llegó el turno de demostrar en el verde césped que lo hecho hasta aquí no era en vano. El 18 de enero de 2020, ante Independiente, llegó la chance para el colombiano, en el primer partido oficial del año: «Volvíamos de San Jorge y dieron la lista. Yo no sabía si verla, esperé un poquito. Cuando la abrí y vi mi nombre me puse muy feliz. Cuando llegué el día, un poco de nervios había, pero lo normal. Cuando me llamaron para entrar estaba muy feliz, debutar en Reserva era algo lindo. Entré como diez minutos. Di lo mejor, tocé dos o tres pelotas pero traté de dar lo mejor. Lamentablemente perdimos, pero es un día que voy a recordar siempre», aseguró.

El COVID-19 y el parate de la actividad obligó a poner un punto suspensivo en esta historia, que promete tener varios episodios más. ¿Imaginás tu debut en Primera? «Todos soñamos con eso. Estamos pasando por un momento difícil para todos. Tenemos que sacar lo positivo, no quedarnos parados, entrenar y volver de la mejor manera. Lo importante es seguir creciendo. Todos soñamos con llegar al primer equipo y hay que trabajar para eso», cerró el juvenil, que a fuerza de goles, sacrificio y talento comenzó a deslumbrar al propio Marcelo Gallardo.