(INCLUYE VIDEO) Segunda entrega de la nota vía Instagram Live con Pablo Lavallén. En este capítulo, el ex-lateral del Más Grande recordó cómo vivió la Copa Libertadores de 1996 y reveló algunos detalles de esa conquista histórica.
El equipo de Marcelo Gallardo nos acostumbró en los últimos años a ver un River protagonista de la Copa Libertadores en cada competición. Sin embargo, a mediados de los ’90, el Millonario pisaba fuerte en el terreno local, pero tenía la espina de llevar una década sin vueltas olímpicas en el plano internacional.
En diálogo con LA MÁQUINA RADIO vía Instagram Live, Pablo Lavallén recordó cómo vivieron la Libertadores de 1996: «Jugar la Copa era siempre lo que queríamos todos. Nos habíamos quedado en el 95 con la eliminación de Atlético Nacional. Logar la Copa Libertadores fue lo máximo porque éramos una banda de pibes que se había formado juntos. Más allá que teníamos un par de años de diferencia con Hernán (Crespo), Luiyi (Villalba) o Ariel (Ortega), nos conocíamos de inferiores y Reserva», resaltó.
Consultado por la categoría del plantel, Lavallén destacó que había una combinación perfecta entre experimentados y juveniles que subieron del semillero:«El hecho que llegue Enzo, la primera experiencia de Ramón como entrenador, que no nos estaba yendo bien en el campeonato local. En esa Copa explotó todo y River empezó a ganar, ganar y ganar, sobre todo en el ámbito local. Fue una década muy importante por los títulos y la calidad de jugadores que River puso en cancha. Cuando te hablan de Ortega, Gallardo, Crespo o Almeyda, para mí son amigos. Nos formamos prácticamente juntos. Ganar con muchos pibes y jugadores de experiencia, con un símbolo como Enzo, fue hermoso. Después esos pibes se consolidaron y fueron muy importantes, tanto para River como para la Selección Argentina, hasta en Mundiales. Fue un honor haber integrado esos planteles», reconoció.
A la hora de recapitular algunos momentos, Pablito eligió los partidos en los que le tocó ingresar: «En la Copa me tocó entrar contra San Lorenzo en la cancha de River, contra la U en Chile y contra América en Cali. Siempre en los partidos chivos. Me acuerdo que contra San Lorenzo faltaban quince minutos, ganábamos nosotros, nos empata San Lorenzo, me llama Ramón y me dice ‘vas a entrar, en la pelota parada tomalo a Ruggeri’. Me sacaba una cabeza (risas). Yo era fuerte en el juego aéreo, pero siempre me daba responsabilidades grandes. Me tocó entrar en la final, cuando lo echan a Leo y nos quedamos con uno menos. No tuve muchos minutos, pero entré en momentos importantes», afirmó.
¿Cuál fue el partido más difícil de esa Copa? «Contra la U en Chile. Tenía un equipazo. Cuando salimos de ese partido nos rompieron todos los vidrios del micro. Después teníamos que jugar la revancha en Núñez y no fue fácil tampoco. Esa semifinal fue complicada, tanto como la final», admitió.
Para finalizar, destacó el título continental del ’96 como el más trascendente de su carrera: «En la final nos quedamos afuera el Pipa Gancedo, el Gaby Amato y yo, varios de los muchachos que habían participado en otros momentos. Estábamos atrás del arco, vimos casi todo el partido dentro de la cancha. Cuando faltaban dos minutos estábamos todos desesperados, queriendo saltar a la cancha. Cuando sonó el pito la gente se metió a la cancha, fue una alegría inmensa porque hacía diez años que River no ganaba la Copa. Quizá fue el momento más importante de mi carrera. Fue hermoso haber formado parte de ese plantel que hizo historia, fue una consagración hermosa», concluyó.
Nota: Rodry Rosetti.
