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(INCLUYE VIDEO) Sus inicios en Medellín, la chance de viajar y estar a prueba en River. Los días en la pensión del club. Su adaptación al fútbol argentino. Su debut, los goles en Quinta, la confianza que le brindó Juan José Borrelli y el salto a la Reserva. Conocé la historia de Flabián Londoño Bedoya, el atacante colombiano que va tras los pasos de Radamel Falcao García y sueña con dejar su propia huella en el Más Grande de América. 

Flabián Londoño Bedoya nació el 9 de julio del 2000 en Ebéjico, un pequeño municipio ubicado en el Departamento de Antioquia, a una hora y media de la ciudad de Medellín. Allí comenzó a dar sus primeros pasos en el fútbol, en una escuelita de formación. Hasta que llegó el momento de tomar una determinación que cambiaría su destino: «Con mi papá tomamos la decisión de viajar para buscar equipo y encontrar la posibilidad de progresar. Yo viajaba con mi papá dos o tres veces por semana en una moto. Era difícil, tocó sacrificar muchas cosas. Terminaba de estudiar, almorzaba y salíamos rápido para llegar al entrenamiento. En ese equipo duré dos años hasta que apareció La Masía, donde tuve la oportunidad de conocer a Hugo Castaño. Es el mejor preparador de Colombia, es como mi papá en el fútbol. Ahí empecé y se dio la posibilidad de estar en una pensión», recordó en diálogo con LA MÁQUINA RADIO vía Instagram Live.

En 2018 llegó el momento de dar otro salto importante en su vida: apareció River Plate. ¿Cómo llegó la oportunidad de llegar al Millonario? «En Medellín hicieron un draft, un torneo en el que estuvo Gustavo Fermani, que ahora forma parte del cuerpo técnico de Reserva. Creo que jugué dos o tres partidos. A los quince días hablaron con la gente de La Masía y me dijeron que me querían ver a prueba, un mes y medio. Saqué el pasaporte y a los días viajé», relató Flabián.

Londoño Bedoya viene de una familia futbolera -es primo de Gerardo Bedoya, ex Racing- y tiene como ídolo desde muy pequeño a Rafael Falcao García. Fue por eso que no dudó un minuto a la hora de venir a la Argentina: «Llegué exactamente el 15 de julio, van a ser dos años. Llegué a Ezeiza y fui directamente a entrenar. Me acuerdo que llegué con la valija al vestuario, me cambié y salí a jugar. Al principio me costó porque en los entrenamientos hacía tres o cuatro grados y yo venía del calor. Al fin y al cabo, encontré buenos compañeros que me ayudaron a adaptarme», aseguró.

¿Cuál fue tu primera impresión del fútbol argentino? «Sabía que era un fútbol diferente, donde chocan más y van cada balón a muerte. Me encontré un fútbol muy intenso, donde te presionan en todo momento. Al principio me costó, pero de a poco me fui adaptando y fui tomando el ritmo de la mejor manera», agregó.

Su primer año en River transcurrió en la Pensión Adolfo Pedernera, ubicada a escasos metros del estadio Monumental. ¿Cómo era vivir en la denominada «Casa River»? «Conocés personas, nueva gente que te ayuda a convivir, llegan jugadores de otros países, de Brasil, de Paraguay, entonces vas compartiendo culturas. La gente es muy amable, te ayuda a todo, te indica las normas, los horarios de la comida, todo. Fue muy buena esa experiencia en la pensión», reconoció.

Una vez superada la prueba de un mes y medio, llegó el momento de fichar y comenzar a defender la camiseta de River: «Me tocó jugar en la Quinta, que en ese entonces la dirigía Juanjo Borrelli, hoy técnico de Reserva. Me enseñó muchas cosas, aprendí, me dio la confianza. Me puso a debutar contra Banfield de titular. No me lo esperaba. Gracias a los compañeros y a todos que me dieron la confianza pude hacer un buen debut. Iban cinco minutos y marqué mi primer gol. Me llené de mucha confianza y tuve un muy buen partido», resaltó.

El cierre del año trajo la primer dificultad para Flabián: una rotura de ligamento anterior cruzado en la rodillo que lo dejó fuera de las canchas por siete meses: «Fue un momento difícil. Ocurrió en Brasil, en el torneo Ipiranga Sub20. Estaba haciendo un buen torneo, sufrí esa lesión en la rodilla contra Palmeiras. En el momento que te dan la noticia te bajoneás un poco, pero no hay marcha atrás, tenés que ser fuerte mentalmente y hacer una buena recuperación. Gracias al cuerpo médico y la familia que me apoya siempre lo pude sacar adelante», admitió.

El colombiano cerró el 2019 con algunas participaciones en Cuarta y la promoción a Reserva, donde pudo debutar ante Vélez y sumar sus primeros minutos. En el 2020 hizo la pretemporada en San Jorge bajo la tutela de Juan José Borrelli y Gustavo Fermani, los nuevos entrenadores de la Tercera División. Sin embargo, padeció una nueva molestia que lo dejó al margen de la Copa Libertadores Sub-20, disputada en febrero en Paraguay: «Me quedó un poco la espina, tenía una molestia en la rodilla, en el menisco, y no pude viajar. Me hubiese encantado ir, me quedé con las ganas», explicó.

La buena para el delantero cafetero es que se quedó haciendo la recuperación en Buenos Aires y terminó la temporada con dos buenas actuaciones como titular: «Me pude recuperar y jugar los últimos dos partidos contra Tucumán. Me siento demasiado bien, me recuperé de la mejor manera, me fortalecí bastante de la rodilla y terminé jugando los dos partidos completos», expresó.

El sueño de Flabián es debutar con la Primera de River, como todo juvenil. Y repetir la historia del Tigre Falcao, su gran espejo. También el éxito de sus compatriotas, que han dejado una buena huella y se identificaron rápidamente con el paladar del hincha del Más Grande: «Todo colombiano que ha llegado a River ha demostrado que puede estar en el club y tiene las condiciones para competir por un lugar. Eso a los colombianos nos llena mucho de orgullo y sabemos que se nos pueden abrir las puertas a todos. Hicieron un buen trabajo», concluyó.