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LA ALEGRÍA MÁS GRANDE DE UNA HISTORIA REPLETA DE GLORIA (IMAGEN: Getty)

La vida está llena de deseos. Pedís tres cada vez que llega el momento de las velitas en la torta de tu cumpleaños. Rezás para que ese Dios en el cual creés, sea la religión que sea, haga milagros. Levantás la copa cada fin de año con la esperanza de vivir un futuro mejor. Tenés tus cábalas, tus muletillas, te persignás mil veces y metés cada tanto algún cuernito o kiricocho. Porque desde tu lugar sentís que podés alterar el orden natural de las cosas y torcer la historia. En definitiva, todo es una cuestión de fe, de buenas vibras, de energías. Pónganle el rótulo que más les guste.

Hubo un momento que todos esos sueños, deseos e ilusiones se alinearon en un mismo punto de la historia. El 9 de diciembre de 2018. El día que el mundo cambió para siempre. Tu mundo y el de todos los hinchas de River. Ese punto en el calendario que se hizo eterno, por todo lo vivido en la previa. Y sobre todo, por todo lo que viviste después.

No hay un solo registro que muestre al árbitro Andrés Cunha meter el silbatazo final de la final más importante de la historia. Eso también la hace eterna. Y vos, hincha de River, que repasás mil videos en Youtube, que mirás una y otra vez los especiales de Fox Sports, que sufrís con el palo de Jara en el último minuto y disfrutás la corrida del Pity Martínez como si sucediera en este preciso instante, todavía te seguís emocionando.

Tal vez esa sea la magia del 9 de diciembre. Que es un momento para siempre. Que nada ni nadie podrá borrar la felicidad que sentiste ese día. Porque el 9/12 es todos los días. Lo que siempre soñaste. Lo que siempre anhelaste. Lo que siempre le pediste a tu Dios. Pasaron apenas dos años. Será para la eternidad.