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EL SICARIO TUVO UNA NOCHE CON ACIERTOS Y ERRORES (IMAGEN: Getty Images)

Robert Rojas fue protagonista de dos momentos importantes del partido: golazo de cabeza para abrir el marcador y expulsión en el segundo tiempo. Una de cal y otra de arena para el defensor paraguayo, de partido irregular.

Había que hacer un partido perfecto. Y River en cierta manera lo hizo. Anotó dos goles en el primer tiempo y quedó a tiro de la clasificación. Sin embargo, contó con algunas incidencias del arbitraje que lo privaron de jugar otra final en la CONMEBOL Libertadores.

Robert Rojas fue uno de los protagonistas de la polémica. Venía de un flojo partido de ida, en el que fue responsable del 2-0 anotado por Rony. Y en este partido de vuelta mostró algunos titubeos en el mano a mano, sobre todo en el inicio del partido. Sin embargo, tuvo su revancha a los 28 minutos de juego, con un certero cabezazo que se coló en el ángulo tras un córner de Nicolás De La Cruz desde la derecha.

El gol pareció animar al defensor paraguayo, que terminó de buena forma el primer tiempo, al igual que todo River. Sin embargo, en el complemento comenzó a jugar condicionado luego de un topetazo a los 16 minutos que le valió una tarjeta amarilla. Con el equipo jugado en función de ataque y por momentos defendiendo mano a mano, el Sicario tuvo que bajar a Rony en la mitad de la cancha cuando se escapaba en una contra muy similar al partido de ida. Segunda amonestación y a las duchas. ¿No exageró el juez?

Lo cierto es que Robert Rojas volvió a tener un partido irregular, con aciertos y errores. Una de cal y una de arena para el defensor, que deberá cumplir una fecha de suspensión en la próxima edición de la Libertadores.