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Un día como hoy, hace 24 años, River igualaba un superclásico inolvidable luego de ir 0-3 abajo. Sergio Berti, Facundo Villalba y Celso Ayala marcaron los goles de la remontada en el Monumental.

El 23 de marzo de 1997 no es una fecha más para la memoria de los hinchas millonarios. Es cierto que no había un título en juego ni una instancia de definición ni nada que se le parezca. Se disputaba la sexta fecha del Clausura y se volvían a cruzar River y Boca. El equipo de Ramón venía de consagrarse en el Apertura 1996 y era el líder invicto del actual torneo. Boca, en cambio, atravesaba una sequía de cuatro años sin conseguir títulos. Pero como dice la antigua frase: los superclásicos son partidos aparte.

El encuentro se abrió a los cinco minutos con un gol Gabriel Cedrés, encargado de cumplir la «Ley del Ex». Pocos minutos después, Sergio Martínez marcó el segundo tanto para el conjunto de La Ribera y al toque llegó una falta dentro del área y Javier Castrilli sancionó penal para Boca. Roberto Bonano contuvo el penal de Roberto Pompei y evitó el 0-3, al menos por un instante. Un contragolpe letal decretó la tercera conquista, otra vez en los pies del Manteca Martínez, esta vez en clara posición adelantada.

A Boca le salía todo. Cada ataque terminaba dentro del arco. Y en menos de media hora ya ganaba 3 a 0. Pero River reaccionó. A poco del pitazo y del entretiempo, Sergio Berti definió con un zurdazo rasante y descontó para los dirigidos por Ramón Díaz. Una señal de lo que vendría en el complemento.

En los segundos cuarenta y cinco minutos pasó de todo. River salió a quemar todos los cañones, pero se quedó con diez hombres por la temprana expulsión de Eduardo Berizzo. Boca, de contra, tuvo varias para estirar la ventaja. Pero los goles que no se hacen en un arco…No falla. El equipo de Héctor Veira pecó de ingenuo y emparejó el trámite con la expulsión de Manteca Martínez. Pocos minutos después, el recién ingresado Facundo Villalba quedó mano a mano con Sandro Guzmán, la picó por encima del arquero y celebró, con algo de suspenso, el 2-3 que le dio vida al Millonario.

A los 42 minutos de juego y tras un tiro de esquina desde la izquierda, el paraguayo Celso Ayala ganó en las alturas y metió un frentazo que infló la red y explotó las gargantas de la multitud millonaria. River conseguía un empate teñido de hazaña y con sabor a triunfo. Hasta lo pudo ganar en el cierre, con un remate de Leonel Gancedo que se fue por arriba del travesaño.

¿Los empates no se celebran? Es cierto, pero por contexto, emociones y por cómo empezó y terminó el desarrollo del encuentro, será recordado como el empate más festejado en la historia de los superclásicos.