El equipo muletto de River no tuvo una buena noche y cayó 2 a 1 frente a Godoy Cruz por la quinta fecha de la Liga Profesional. Martín Ojeda por duplicado marcó los goles del Tomba -el primero de penal-, mientras que Julián Álvarez anotó el tanto del empate transitorio. El equipo del Muñeco dejó escapar otra chance para trepar a la punta.
Los resultados en el inicio de la quinta fecha de la Liga Profesional parecían hacerle un guiño al elenco de Marcelo Gallardo. Es que la derrota de San Lorenzo en Santa Fe le permitía a River trepar a lo más alto de las posiciones si ganaba su partido. Y tal como sucedió el fin de semana pasado ante Huracán, la chance volvió a desvanecerse.
El Millonario arrancó la noche a los tumbos, a decir verdad. Mostró ya de entrada una serie de desajustes defensivos, que no sólo tenían que ver con la última línea. Godoy Cruz ganó en el primer cuarto de hora la mitad de la cancha y la pelota. Desde ese dominio, hizo méritos suficientes para ponerse en ventaja.
A los 16 minutos, tras un pelotazo a las espaldas de Javier Pinola, Martín Ojeda quedó mano a mano con Franco Armani y el arquero de River se lo llevó puesto. Penal indiscutible. El propio Ojeda lo cambió por gol y empezó a marcar lo que sería una tendencia a lo largo del partido. Sin ir más lejos, pocos minutos después Alex Vigo sujetó dentro del área a Tomás Badaloni, pero el juez Penel le perdonó la vida.
El equipo del Muñeco padeció las pelotas largas a las espaldas de los centrales. Los volantes agarraban poco la pelota. Y daba la sensación que la única manera de llegar al empate era a través de un balón detenido o una maniobra individual de uno de sus delanteros.
Así fue nomás. A los cuatro minutos del complemento, Julián Álvarez construyó su propia aventura y a puro amague fue abriéndose lugar para meter un zurdazo preciso junto al palo izquierdo del arquero tombino. El recurso del cordobés fue, en definitiva, un último recurso, porque no tenía pase posible y no le quedó otra que buscar el arco.
Más allá que River esbozó una tenue reacción durante algunos minutos, el conjunto mendocino volvió a ponerse en ventaja a los 21 minutos. Otra vez por la mía vía: pase a las espaldas de Jonatan Maidana y la definición de Martín Ojeda mano a mano ante la salida de Armani. Fue el libreto que más y mejor le funcionó al equipo de Sebastián Méndez.
Pese a los cambios y al ingreso de varios de los habituales titulares, el Millonario no volvió a meterse en partido. Contó con alguna ocasión esporádica, producto más del empuje que de la construcción colectiva. Por eso, y porque redondeó una mala noche en todas sus líneas, se fue de Mendoza con las manos vacías. ¡A levantar en la Copa!
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