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Luego de superar una distensión en el isquiotibial derecho, sufrida en la cuarta jornada ante Racing, el capitán dijo presente y fue ovacionado.

El 27 de febrero pasado, los hinchas se fueron muy preocupados del Monumental no solamente por el 2-2 que rescató la Academia cuando River tenía tres puntos casi asegurados, sino también porque Enzo Pérez debió ser reemplazado por un fuerte dolor en su pierna derecha.

Horas más tarde, la incertidumbre derivó en los estudios realizados que diagnosticaron una distensión en el isquiotibial y lo alejó dos semanas de las canchas. La duda carcomía incluso a Marcelo Gallardo, que esperaba contar con su capitán para el Superclásico del próximo domingo.

Y el mendocino no defraudó, se recuperó a tiempo y estuvo desde el arranque en el triunfo frente a Gimnasia de La Plata. Su nivel fue de menor a mayor, se ubicó en el círculo central y marcó la presión del equipo, incluso con varios quites dignos de su experiencia. Luego le cedió su lugar a Bruno Zuculini mientras las tribunas se rompían las manos para aplaudirlo.

Los 75 minutos que gozó en el campo de juego los aprovechó sin inconvenientes, en buen estado físico y su lugar en el once que recibirá a Boca por la sexta fecha está más que asegurado, como también la cinta de capitán estará contenta de rodear el brazo de su dueño.