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Este sábado se disputó el Superclásico en las categorías de Inferiores y el Millonario acumuló un saldo negativo de dos victorias y cuatro derrotas ante el eterno rival. Las divisiones más grandes se desempeñaron en el River Camp, mientras que las otras fueron visitantes.

En una mañana bastante fría en Ezeiza, se vivió un nuevo capítulo del clásico más atrapante de las divisiones inferiores. Con gran cantidad de gente en ambas tribunas, tanto locales como visitantes aportaron el color con aliento y banderas desde bien temprano. La pelota comenzó a rodar a las 9.00 con el partido de la Cuarta, trabado y sin muchas emociones en el River Camp. Pasada la media hora, Boca se encontró con un penal que Lucas Lavagnino logró contener aunque en el rebote llegó el 1-0 definitivo.

El segundo turno fue para la Quinta en una cancha mojada y rápida donde la pelota se quedaba a mitad de camino y los futbolistas padecían resbalones que entorpecían el juego. El choque era parejo hasta que a los 20’ el Xeneize conectó un cabezazo dentro del área tras un tiro de esquina. A partir de ese primer tanto, el descanso sirvió para que el El Más Grande frenara el asedio. Pero el complemento fue peor más allá del descuento de Jano Franco Soria: 4-1 y otro mal trago.

La Sexta quiso hacer justicia y protagonizó un duelo muy parejo, de constante ida y vuelta con situaciones de peligro en todo momento. En la primera mitad, el Millonario fue el que más chances generó pero el arquero rival se agigantó como la figura de la tarde mientras su equipo se quedó con 10 por doble amonestación. El único grito nació mediante un contraataque y una mala salida en defensa, que alteró el marcador a 15’ del final.

En el predio de Boca, la Séptima venció 2-0 con goles de Juan Bautista Dadín y Jonás Misczuk, la Octava cayó 3-0 y la Novena cerró la historia con otra alegría: 2-1 con obras de Juan Villordo y Dylan Gérez Duarte.

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