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Trapito Barovero, uno de los símbolos en los comienzos de la Era Gallardo, destacó el camino que tuvo el Millonario en la obtención de la Copa Libertadores y confesó el por qué de su salida a mediados de 2016.

Será recordado como uno de los grandes arqueros que tuvo el club a lo largo de su rica historia. Fundamental en los inicios de la Era Gallardo, Trapito Barovero recordó la obtención de la corona de América en 2015: «La Copa Libertadores es el campeonato de clubes más importante que uno anhela jugar. Haber tenido la suerte de ganarla es algo que no tiene palabras porque son momentos únicos, es una copa diferente a todas las demás. Para mí es el logro más importante que me ha tocado levantar. A todos nos cambia un poco la trayectoria deportiva el hecho de jugarla y ganarla».

«Es un logro eterno porque es inevitable recordarla cada año, principalmente recuerdo los últimos minutos, después que hace el gol el Melli (Ramiro Funes Mori). Ahí entré a darme cuenta lo que estábamos consiguiendo después de tanto perseguir este torneo. Más que sacrificio, es el camino que vas marcando con tantos viajes, visitar distintos países, localías muy complicadas. Yo me quedo con esos momentos que son imborrables y van a quedar para siempre», expresó el cordobés.

En diálogo con La Gloria Eterna, habló sobre el camino rumbo a la consagración: «Rescato la personalidad y el carácter de meterse en cualquier cancha y pisar fuerte. Si no tenés esas cosas es muy complicado porque tenés que visitar países o equipos que se hacen muy fuertes de local. Nosotros hemos obtenido grandes resultados de visitante y eso encaminó bastante la serie. Por ejemplo con Cruzeiro, fue una demostración de lo que podíamos dar cuando estábamos con la máxima presión y teníamos que ser los protagonistas. Cuando entrábamos de visitante, poníamos el pecho como hay que ponerlo en estas situaciones».

Por el lado de la importancia de Marcelo Gallardo como estratega, se deshizo en elogios. «Los técnicos son cada vez más importantes. Hay muchas cosas que hoy se pueden estudiar, pero después hay que llevarlo a la cancha. Marcelo nos convenció totalmente, de local y visitante buscó los mejores planteos y no falló. Nosotros íbamos atrás de él porque notábamos la capacidad de entender cada partido. Los referentes éramos varios. Muchas veces se quedan con la capitanía pero ahí éramos varios. Nadie se creía más que nadie, por encima de todo estaba el escudo. Nadie quería ser la figurita, entre todos queríamos llevar adelante el plantel y conseguir los objetivos», sostuvo maravillado por el accionar del Muñeco.

Sin lugar a dudas, el momento más recordado del arquero de 38 años fue aquel penal atajado a Emmanuel Gigliotti por las semifinales de la Copa Sudamericana. La anécdota aún resuena en su cabeza y quedó inmortalizada a fuego: «Con esa serie cambiaron mucho las cosas, está a la vista de todos. Los mano a mano que vinieron, muy rápidos y muchos seguidos, avanzó River y bienvenido sea. Hay que aprovechar los buenos momentos, tratar que se estire lo máximo posible y que la gente siga disfrutando. Sin dudas fue un antes y un después, esperemos que siga por mucho tiempo más».

Llegó a mediados de 2012 y canjeó rápidamente dudas por ovación de las cuatro tribunas del Monumental, pero llegó el momento de decir adiós y explicó a qué se debió. «Un año antes del cierre de mi contrato que me ligaba a River había tomado la decisión de cambiar de aire y salir de la Argentina. Estuve durante muchísimos años compitiendo a todos los niveles, desde el Nacional B hasta el Mundial de Clubes. Pensaba que en algún momento no iba a poder estar a la altura y para el arquero es diferente tener que dejar el puesto. Creía que iba a bajar mi nivel y necesitaba reiniciar en otro lugar, consideré que era lo mejor para mí y para la institución. Por suerte me dejaron jugar hasta el último día de mi contrato y me pude despedir de una manera inolvidable, le dejé el lugar a otro para que siga estando a la altura de esa camiseta», detalló.

Por último, se refirió al tiempo de carrera profesional que le queda y sus planes a futuro: «Espero jugar un tiempo más. Después de mi etapa como jugador todavía no tengo decidido qué voy a hacer. Me recibí como técnico, pero uno tiene que prepararse. Seguramente cuando me retire me corra del día a día del fútbol, son casi 20 años como profesional y es todos los años la misma rutina. Creo que sería lo mejor para ver desde afuera si es algo que me gusta o necesito volver al día a día del fútbol, sino haré otra cosa. No me puse nada de eso en la cabeza, iré viendo cómo se dan las cosas año tras año. Ya tuve una gran despedida en River, fue algo espontáneo. Tampoco deseo estar en la cima a último momento, sino disfrutar del valle. A esta edad, es una bendición entrar a una cancha, es algo que disfruto mucho».

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