Se cumple una década de aquella tarde en la que los corazones riverplatenses volvieron a latir de emoción gracias a los goles de David Trezeguet, que devolvían al Millonario a la máxima categoría del fútbol argentino.
Fueron 363 días paralizado, con el nerviosismo invadiendo la totalidad del cuerpo. Esperando ese día, el día en que las cosas comenzaran, lentamente, a ponerse en su lugar. Lentamente, porque era el comienzo de una década inimaginable para un club cargado de una historia tan rica.
Ni el más optimista de los hinchas hubiese imaginado todo lo que sucedería luego de ese 23 de junio de 2012, todo lo que llegaría en los diez años venideros. Vueltas olímpicas, campeonatos internacionales, estabilidad económica, un proyecto de juveniles comandado por un hombre de la casa que quedaría entre los máximos ídolos en la historia de la institución. Este jueves, diez años después de aquel 2-0 ante Almirante Brown por la Fecha 38 de la Primera B Nacional, tomamos consciencia no solo de la importancia de los goles de David Trezeguet aquella tarde. El desahogo generado ese sábado de junio rememora todo el camino que llevó a River a estar donde está ahora.
Nadie sabe qué hubiese pasado si no hubieran llegado a dar una mano Cavenaghi, el Chori Domínguez, Ponzio, el Rey David, o el mismo Almeyda, que tras descender como jugador decidió hacerse cargo de la situación como entrenador agarrando el fierro más caliente que debe haber visto en su vida. Y varios futbolistas que, quizás sin ninguna relación con el club, tuvieron la valentía de poner el pecho a un año que se sufrió como nunca. Muchos de esos referentes, que luego tuvieron la oportunidad de consolidarse y fueron campeones de América, como Maidana y Carlos Sánchez. Los jóvenes de las Divisiones Inferiores como Ocampos, los mellizos Funes Mori, Cirigliano o el Keko Villalva, que la pelearon y fueron vitales ante una presión impensada en sus incipientes carreras.
Toda la gloria de hoy, del 9 de diciembre de 2018, cada logro que celebra el hincha de River día a día, semana a semana, mes a mes, y año a año, es gracias a quienes pusieron el pecho en la peor situación. Hoy River corona un proceso de aprendizaje en el que se fue formando, fue ganando experiencia y se fue asentando como el club que siempre fue y como manda su historia: El Más Grande.
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