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Llegó el día. Hoy es momento de dejar atrás preocupaciones -de las que venimos hablando estos días-, temores y dudas. Hoy hay que poner en la cancha la gloriosa banda roja y la historia reciente y más atrás de este club gigantesco. El rival es Vélez, y nos va ganando. Y merece respeto. Respeto no es miedo. Tampoco subestimación. Será durísimo, como fue la ida. Será durísimo, como es cada partido de Octavos de Copa Libertadores.

Por fortuna, habrá estadio lleno, habrá bombos, habrá calor y color. Desde el inicio de la noche, River tiene que empezar a ganar la serie. Presionando desde afuera, y empujando desde adentro. Entendiendo, de entrada, que son ’90 y sólo un gol nos separa de la instancia de penales y dos de los 4tos de final. Sabiendo, además, que ellos ya no pudieron y eso tiene que darnos más tranquilidad.

El duelo en sí, será copero. Parte del éxito residirá en que River lo pueda transformar en un partido del torneo local, con menos presiones. La presión tiene que estar, mayormente, del medio hacia arriba, no desde las tribunas al césped. El partido es largo, la serie está abierta y ya con lo que pasó en 2018 ante Grêmio, por caso, queda claro que los partidos no terminan hasta que terminan. Ni a favor, ni en contra.

Si no fuera una arenga, la palabra que podría definir este día es «nostalgia». Hoy es la despedida de Julián Álvarez de River. El Araña de Calchín, que debutó en aquel glorioso 2018 y hasta tuvo un puñado de minutos en el Bernabéu el 9 de diciembre, se va del club con más de 50 goles, seis títulos en el club, dos de ellos internacionales y siendo un prospecto de futuro 9 de la Selección Argentina, con la que ya tiene dos títulos (Copa América 2021, Finalíssima 2022).

Además, tiene un marcadísimo sentido de pertenencia y se convirtió en el superhéroe de los chicos. Todo en algo más de 3 años. Vertiginoso. La nostalgia ya gana terreno, porque pase lo que pase hoy contra Vélez, será la última función del «9» en el club en, esperemos, esta primera etapa. Pronto vendrá para él la presentación en el Manchester City, con «nenes» como Erling Haaland y Kalvin Phillips. Pero todavía queda esta noche. Y a vos también Juli, a vos más que a nadie, ¡Dale!.