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El 3 de febrero de 2018, Ignacio Scocco hacía delirar a todos los presentes en el Estadio Monumental con un golazo de antología. Aquella tarde, River terminaría venciendo a Olimpo por 2-0 con un doblete del oriundo de Hughes.

Son contadas las veces en que las manos actúan más rápido que las cuerdas vocales en una cancha de fútbol. Son escasas las oportunidades en que el cerebro no logra interpretar a tiempo lo que vieron los ojos, para mandar la señal que le permita al rugido salir expulsado de la garganta. Entonces, los preciados gritos de gol se confunden con todo tipo de expresión de locura y asombro. Los que abundan, casi por inercia, son los aplausos. Otros, incrédulos, no hacen más que tomarse la cabeza y preguntarse si lo que acaban de ver es real.

Rondaban los 36 minutos del complemento cuando el muchacho oriundo de Hughes con el 32 en la espalda -que ya había clavado un tiro libre en el ángulo- comenzó a diagramar su obra maestra. Ignacio Scocco agarró la pelota cerca de mitad de cancha y comenzó a esquivar rivales y pintar firuletes en un césped maltrecho. Ya nadie respiraba, y de frente sólo quedaba el arquero, que también se sumó al desparramo monumental del
delantero que llegó a Núñez para cumplir un viejo anhelo de la infancia.

Con esa jugada de antología, Nacho no solo demostró que siempre tuvo el ADN riverplatense inyectado en las venas, sino que también se metió de lleno en las páginas más gloriosas del Millonario. Un gol que quedará en la retina de generaciones de hinchas que dentro de muchos años, en alguna sobremesa, dirán con nostalgia: “¿Te acordás del golazo de Scocco contra Olimpo?”. Un lujo que no muchos jugadores pueden darse ese de quedar en la memoria como el autor de semejante proeza. Menos aún en un club donde el fútbol de galera y bastón siempre fue una exigencia más que una circunstancia.

Cuando aquellos hombres de Santa Rosa y La Rosales decidieron fusionarse para dar inicio al que se convertiría en uno de los clubes más grandes del mundo, seguramente soñaron con goles así. En muy poco tiempo, Scocco entendió y logró transmitir la más pura esencia riverplatense. Desde su clase y versatilidad, siendo no sólo una carta infalible de gol, sino también un deleite por su amplio repertorio a la hora de acariciar la red. Este golazo a comienzos de 2018 enmarcaría no solo la historia de un futbolista que fue querido y admirado en el mundo River, sino que también serviría como antesala de toda la gloria que estaba por llegar.

Reviví el golazo de Scocco a Olimpo:

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