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Luego del triunfo agónico ante Boca en el Superclásico, Nicolás De La Cruz habló sobre el transcurso del partido e hizo referencia al rol que cumple dentro del equipo.

Por despliegue, por influencia, por dinámica, entrega y sacrificio, el aporte de Nicolás de la Cruz fue muy importante para el triunfo que River construyó ante Boca. Incansable, el volante ofensivo le dio oxígeno al equipo cuando las piernas comenzaban a pesar en el tramo final del segundo tiempo. Y se descargó después de la victoria: todo el grupo precisaba respirar después del duro golpe sufrido en la semana ante Fluminense (1-5), en el Maracaná.

«Fue una linda sensación de desahogo. Fuimos dominantes durante casi todo el partido, no sufrimos sobresaltos. Por esa insistencia y de tanto ir conseguimos el resultado que todos queríamos para salir de ese partido malo que tuvimos hace unos días atrás. Y obviamente para regalarle una alegría a nuestra gente, que siempre nos viene apoyando. Es impresionante, partido tras partido vienen 85.000 personas y eso no es para menos», remarcó el uruguayo, exultante luego de la agónica victoria en el Monumental.

«Es una alegría enorme la de ganar un partido tan importante como este. Lo que venimos haciendo en estos cuatro meses y medio, casi cinco de trabajo con este nuevo cuerpo técnico había que demostrarlo en la cancha. En el partido de Copa padecimos luego de la expulsión, fueron dos partidos en uno. Pero nosotros siempre confiamos en nuestras armas, en lo que podíamos dar, en el trabajo que veníamos haciendo. Y al final se dio el resultado que vinimos a buscar», comentó el futbolista de 25 años, quien suele oficiar como un comodín para el entrenador ya que tiene la capacidad y comprensión del juego indispensables para adaptarse a distintas funciones.

«Nuestro mérito fue ser constantes, ir siempre por más, buscar en todo momento el arco rival. Sabíamos que ellos se iban a tirar un poco más atrás. Fuimos dominantes durante todo el partido y al final se nos dio», analizó el uruguayo. Polifuncional, luego de la salida de Enzo Pérez se ubicó como ladero de Rodrigo Aliendro. «Yo intento ayudar al equipo, posicionarme donde el entrenador decida. A medida que pasaron los años me fui capacitando para jugar en distintos puestos. En líneas generales dimos una muestra de carácter», remarcó.

 

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