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FOTO: Olé Digital
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River comenzó el Torneo Final con una sonrisa: en el Monumental, derrotó a Gimnasia y Esgrima de La Plata por 1 a o gracias a un zapatazo de Leo Ponzio y cosechó sus primeros tres puntos.

La premisa era repetir lo hecho en el verano ante Boca, sobre todo en Córdoba, donde el «Millonario» había mostrado una amplia superioridad sobre el clásico archirrival. Y anoche, en el Monumental, los dirigidos por Ramón demostraron que lo hecho en los amistosos de pretemporada no fue casualidad.

River fue amplio dominador del encuentro y puso a Gimnasia de La Plata contra las cuerdas durante gran parte del partido. Es cierto que en el primer cuarto de hora le faltó profundidad en los últimos metros, pero a partir de los 20 minutos, comenzó a cascotear el arco de Monetti por todos lados.

Sin embargo, hubo que esperar hasta el minuto 44 para que el local se pusiera en ventaja. Un rápido quite en la mitad de la cancha dejó a Leo Ponzio en posición inmejorable para explotar lo que mejor sabe hacer: remate de media distancia, pegado al palo derecho del arquero platense y a cobrar.

A partir de ahí, a Gimnasia se le quemaron todos los libretos. Tuvo que salir a buscar el empate en una noche donde no le salió nada. Encima, encontró un River aplomado, sin titubeos. Pudo ampliar el marcador pero el palo le negó el merecido festejo a Fernando Cavenaghi, que regresó al Monumental con todo su esplendor. Como el «Millonario», que jugando así invita a la ilusión.