Esta nota está lejos de un análisis frío y detallado de lo que vimos en el campo de juego. Está escrita con lágrimas en los ojos, por todo el dolor que significa perder una final de Copa del Mundo. La tristeza es inexplicable. Está escrita, sobre todo, con el corazón.
Esa tristeza nos golpea, pero no nos invalida para decirle gracias al mejor de todos. El símbolo de esta Selección Argentina, de este equipo guerrero hasta el final. El que nos hizo creer que con un león así dentro de la cancha y en el vestuario podíamos volver a ser los mejores del mundo. Vos, más que nadie. nos hiciste volver a confiar en esta selección, que llegó con tantas dudas en la previa.
Gracias Javier Mascherano. Gracias por ser el corazón de esta Argentina finalista. Gracias por dejar el alma en cada cruce, en cada pelota dividida, en cada intervención. Nosotros, tuvimos, además, el plus de disfrutarte con la camiseta de River. Hoy, te felicitamos por ser el emblema de la celeste y blanca.
Fuiste, sos y serás un motivo de orgullo para todos los argentinos. ¡Eternamente gracias Javier Mascherano!
