River derrotó sobre la hora a Godoy Cruz gracias a una pelota parada y un cabezazo de Pezzella. Al «Millonario» le costó hacer pie en el primer tiempo, jugó incómodo pero se llevó un triunfo clave para asegurar la clasificación en el Monumental.
El comienzo arrollador de River en el torneo local, incluyendo una goleada ante el rival de esta noche en el mismo escenario, colocó la vara muy alta. Por eso, deja un sabor agridulce la actuación del equipo de Gallardo esta noche en Mendoza, más allá de la victoria.
En el primer tiempo, el conjunto local arrancó mejor. Ajustó bien las marcas, apretó a los creadores de River y cuando tuvo la pelota, la jugó a un toque. Por eso al»Millonario» le costó recuperarla y ser protagonista. Se sintió incómodo y expuso a su línea defensiva, que por momentos jugó mano a mano con los atacantes mendocinos. Aún así, tuvo la situación más clara en los pies de Pisculichi en la primera llegada del partido.
El complemento fue un partido totalmente distinto. El local, curiosamente, se replegó y le cedió la pelota a La Banda, asumiendo una desventaja física que le permitió crecer a River. Sánchez comenzó a jugar más cerca del área y desaprovechó una situación inmejorable, luego que Moyano y el palo le impidieran el grito a Pisculichi.
Aunque River manejó más la pelota y se hizo dueño del partido, encontró la resistencia del arquero del «Tomba», que tuvo varias intervenciones decisivas para evitar la caída de su valla. Sin embargo, cuando el partido se moría, el «Millonario» consiguió desde el juego aéreo otro gol, esta vez desde la cabeza de Germán Pezzella, para desatar el grito de la multitud que copó el estadio Malvinas Argentinas.
Aunque mostró un retroceso en el juego, River ganó y consiguió una victoria clave para conseguir la clasificación a los octavos de final, dentro de 15 días en el estadio Monumental.
