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Foto: Marcelo Endelli / Photogamma
Foto: Marcelo Endelli / Photogamma

Barovero (6.5): Es verdad que no tuvo tanto trabajo «Trapito», pero las pocas que tuvo que aparecer, estuvo excelente, como en ese cabezazo del final. Eso sí, estuvo un poco inseguro con los pies.

Mercado (7): Tuvo una labor impecable, puso todo lo que había que poner, y sacó de la cancha a Chávez, que no existió en el partido.

Maidana (7): Otro que puso mucho vigor y tampoco dejó a Chávez hacer nada. Riguroso en la marca, usó las mañas de su posición a la perfección.

Funes Mori (6.5): Puso y puso como toda la defensa. Se revolcó y mostró la personalidad que ya había mostrado en esa misma cancha. Los delanteros rivales no pudieron pasar nunca la muralla millonaria.

Vangioni (6): No tuvo injerencia ofensiva, pero al mantenerse abajo cerró cualquier posibilidad del rival. Sacó del partido a Martinez y luchó durante los 90 minutos.

Sánchez (5.5): Visiblemente cansado, no desbordó como hace habitualmente y su tarea se centró más en cortar los avances rivales por su banda, tarea que hizo a la perfección.

Ponzio (7): Un león el 5 de River, que jugó con la experiencia de mil batallas. Puso muchísimo coraje, como todos los de River, y también manejó los hilos del arbitraje. Vital en este partido. Probó el disparo desde afuera sin suerte.

Rojas (5.5): Sin la compañía de Vangioni, y con un planteo un poco más conservador, no pudo desnivelar ni construir sociedades ofensivas. Produjo un caño exquisito. Estuvo muy bien en la marca.

Pisculichi (4): Desaparecido, como hace varios partidos, tampoco tuvo oportunidades de desnivelar con la pelota parada. No fue un partido para él, ya que el juego requirió otra cosa que buen fútbol.

Teo Gutierrez (4): Lo mejor que hizo es hablar y tratar de sacar del partido al «Cata» Díaz y cía. Pero no tuvo oportunidades de gol ni tampoco se pudo asociar con Pisculichi, Sánchez o Rojas. No se dio el partido para él, y extrañó a Mora.

Simeone (4.5): Empezó bien y usó su velocidad en varios pasajes del partido. Pero no logró desnivelar o causar problemas en el rival.

Ingresaron:

Boyé (4.5): Empezó con ímpetu pero de vuelta, se desdibujó mientras pasaron los minutos. Tuvo varias imprecisiones.

Pezzella (6): Entró y se acopló al esquema defensivo. No tuvo problemas en la marca.

Solari (6): No tuvo mucho tiempo, pero complicó al rival con su velocidad y sus desbordes.

Marcelo Gallardo: Seguramente el DT planeó este partido con un River aguerrido, más enfocado en destruir el fútbol rival que en crear el propio. Pero quizás también River jugó así empujado por las exigencias y el cansancio de los jugadores, más que nada los de arriba. Se sabrá el jueves que viene si este empate sin goles sirvió, pero es una verdad que River se plantó en la Bombonera sin complejos y dio una demostración de carácter. Eso sí, faltó el fútbol que ya para este momento extrañamos y se abusó del pelotazo. Hace falta más sociedad entre los ejecutantes ofensivos.