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Foto: Javier Garcia Martino / Photogamma
Foto: Javier Garcia Martino / Photogamma

Marcelo Barovero (9): En un momento clave, que hubiera hecho todo cuesta arriba, tapó el penal que le hizo pensar a la gran mayoría de Millonarios que esta semifinal no se nos podía escapar. Con gran concentración, ese manotazo creó un efecto impulsivo hacia la victoria. Pero no sólo eso: tuvo un par de intervenciones más en el primer tiempo y siempre se lo vio seguro, tanto con los pies como en los centros. En el segundo tiempo no sufrió ataques en su contra.

Gabriel Mercado (6.5): Puso muchísimo coraje y fuerza en todo el partido, en el que hacía falta su hombría. Quedó expuesto, eso sí, en el primer tiempo, cuando los atacantes rivales aprovecharon su posición en el campo para crear uno por unos con los centrales millonarios. En el segundo tiempo que se cerró y clausuró su lateral.

Germán Pezzella (8): seguro desde el comienzo, hizo las cosas simples y nunca se complicó al rechazar. Entró por un experimentado y no hizo notar esa ausencia. Al contrario, como es habitual, cada vez que entra la rompe. En este caso, deglutió a los atacantes rivales cada vez que estos trataron de crear peligro.

Ramiro Funes Mori (7): Empezó nervioso y eso se sintió en la zaga y en el estadio. No tocaba con seguridad y parecía llegar tarde a los cierres. Pero en el segundo tiempo se vio lo mejor de él: cerró cada ataque rival y llegó justo a varios avances peligrosos.

Leonel Vangioni (6.5): Tuvo un primer tiempo con varias dudas, y el rival pido explotar su sector para atacar. Trató de subir con peligrosidad en el primer tiempo, sin tanta suerte. Eso sí, un disparo suyo fue la asistencia perfecta para Pisculichi, que la mandó a guardar. En el segundo tiempo se dedicó a cerrar con gran efecto, su lateral, poniendo el coraje necesario para esta clase de partidos.

Carlos Sánchez (7.5): Vital en todo el partido, fue el motor del equipo. Creó muchísimas oportunidades para los delanteros, en especial en el segundo tiempo. También tuvo sus oportunidades, pero la mala puntería no lo ayudó.

Leonardo Ponzio (9.5): El mejor de la cancha, lejos. River ganó este partido gracias a su tenacidad y su constante demostración de hombría. Cortó, cortó y cortó. Trabó, luchó, saltó, y ganó siempre. No se veía una actuación así en muchísimo tiempo, pero demostró que es hombre indicado para partidos de este tipo. Tampoco se veía una actuación tan determinante de un jugador de River en mucho tiempo. Quizás tuvo altibajos este semestre, pero este partido paga por cualquier mala performance. De cualquier manera, venia levantando en los últimos partidos y siendo de los mejores. Lo de Ponzio ayer emocionó a muchos en el estadio.

Ariel Rojas (6.5): Le cobraron, mal, un penal a los 20 segundos, causado por su obsesión de jugar bien y no reventar. Barovero rectificó la mala decisión del arbitro, y luego de ahí trató de ser salida para el equipo. Fue bien tapado por el rival, pero él también tapó bien su lateral. Puso coraje como todo el equipo, pero a veces abusó de jugar bien, en momentos que meritaban una resolución más expeditiva.

Leonardo Pisculichi (8): No pudo hacer su fútbol en gran parte del partido, y en muchas ocasiones, se vio una faceta de él casi desconocida, la de poner y poner, y trabar y trabar. Metió un hermoso gol de chanfle, y pagó con eso toda su transferencia y demás. En el segundo tiempo uso su pase para el contragolpe, que los atacantes millonarios no pudieron definir.

Teo Gutiérrez (6.5): Hizo su fútbol y provocó a los rivales, que en un partido así siempre hace falta. Durante el partido trató de asociarse aunque se le hizo difícil, pero aún así causó preocupación en el rival.

Rodrigo Mora (6.5): El uruguayo corrió y luchó, y aunque no tuvo muchas oportunidades, tuvo un gran despliegue, como es habitual.

Ingresaron:

Augusto Solari (6): Entró para darle aire al equipo y mejorar la estructura defensiva, y lo logró. Correcto en la marca, tapó bien las llegadas rivales.

Fernando Cavenaghi (5): No pudo hacer mucho en el poco tiempo que tuvo, y mandó un par de ocasiones a la tribuna. Pero su presencia sola inquietó al rival.

Marcelo Gallardo: Después de un resultado así, ¿alguien cuestiona la decisión del domingo pasado? Creemos que no. River no tuvo el fútbol de alto nivel de otros tiempos, pero ese descanso lo ayudó a este equipo a recobrar su fuego para esta batalla, que ganó y se disfrutará por mucho tiempo. ¡Ahora vamos por todo!