Isotipo_Figuras3

Super Mendoza 2

Sin necesidad de recurrir a un diccionario de la RAE, y utilizando un lenguaje más amigable, puede concluirse que la incertidumbre es prima directa del desconocimiento. Y apoyándonos en esta afirmación, descubrimos que hay un opuesto, como casi todo en la vida. Ahí es cuando aparece la certidumbre. Algo que sí conocemos, de lo que tenemos certeza. Estos sinónimos-antónimos, pueden reflejarnos una visión del transcurrir de éste River entre 2014, y lo poco que llevamos de este 2015.

Hace ya casi un semestre (o más) que el cuerpo técnico actual arrancaba un trabajo con una mirada de incertidumbre por lo que podía hacer, desde la visión del hincha, y también con una carga exitosa que le habían dejado. Así comenzó su andar Marcelo Gallardo y su cuerpo técnico. Bajo la lupa. Respondiendo partido a partido, a un imaginario infinito de interrogantes por lo desconocido. Resultados y rendimientos de a poco fueron nutriendo huecos flacos, acallando murmullos, resolviendo enigmas y consolidando ideas.

No fueron pocos los que se sorprendieron. Hubo muchos. Entre los muchos, había propios y ajenos al Mundo River. Algunos con malicias, otros con envidia. En estos dos últimos, sobretodo, se gestaron hipotéticos donde se ubicaba al equipo, CT y dirigentes ante diferentes desafíos. Otra vez la incertidumbre, esta vez enviada desde afuera, se iba colando partido tras partido sobre el plantel, el CT y los dirigentes, quienes ya habían sabido demostrar que eran capaces de responder con contundencia a la primera oleada. Y otra vez se conseguían resultados que asombraban.

Una pequeña falla evitó que la envidia y la malicia sellaran un año 2014 con las manos vacías y el garguero seco de tanto gemir piedad. Sin embargo, para el riverplatense y el idílico del fútbol, plantel y  cuerpo técnico habían logrado trasponer un sinfín de incertidumbres, de variados gustos, para convertirse en una Certidumbre, a la que  TODOS le han debido rendir pleitesía, mal que les pese.

Ahora bien, eso ha sido cosa del pasado. Ya juzgado. Ya ganado. Ahora comenzó un nuevo periodo. Una nueva etapa. Un nuevo camino.

Para esta travesía no cabía la incertidumbre. Lo opuesto, sí. La certidumbre cosechada hace poco más de 30 días. Juego estilo River, carácter, enjundia, actitud. El desafío de hoy es conseguir títulos. No el modo ni la especulación del intento. River volvió a ser River.

Sin embargo, otra vez la incertidumbre se cierne sobre los cielos del Mundo River. Y como si fuese poco, se vuelve más aguda con malos rendimientos y vergonzosos resultados. Y esta vez no apareció desde afuera ni la importaron adrede algunos malintencionados. Surgió sola, desde aquél mismo interior que supo convertirse en lo que fue a fines del 2014. Como un ave fénix oscuro y propio.

Deberá el plantel y CT transitar aguas agitadas, para escalar la grieta profunda donde ha caído. Que puede convertirse en un monstruo come nombres por más logros conseguidos. Es que hay cosas que no se explican. Se viven. Se sienten. No se las justifica, se las pena por no cumplirlas. Y esta situación en la que se encuentran hoy esos que ayer estaban pletóricos de alegría, es la incertidumbre misma de no saber cómo va a seguir este nuevo  andar infructuoso por el momento. Han salido de otras. Esa, por ahora, es la única certidumbre.