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Uno x Uno vs Arsenal

Julio Chiarini (6): Es verdad que le metieron 3 goles, pero la actuación defensiva del equipo en el primer tiempo fue tan pobre que pudieron haber sido más, ya que el arquero tapó un mano a mano y otra que iba al ángulo. También es verdad que en el primer gol, aunque no tuvo mucho tiempo de reaccionar, no se esfuerza demasiado en la estirada.

Gabriel Mercado (3.5): Mal coordinado con Mayada, quedó expuesto en un par de ocasiones que derivaron en goles de Arsenal o jugadas peligrosas. En el primer gol pierde la marca. Era más un partido para que se quedará atrás antes que subiera, ya que su relevo es muy deficiente en ese rubro. Además, no creó mucho peligro por su sector.

Germán Pezzella (3): Se nota que estuvo inactivo por un período de tiempo. Una actuación para nada habitual en él, haciendo todo lo que usualmente no hace: fue timorato con el balón, le ganaron casi siempre y no tuvo poder ofensivo. Error del DT al no darse cuenta que no estaba listo para este partido. En el tercer gol de Arsenal pierde en fortaleza contra el atacante, que se le escapa, algo no visto anteriormente en su carrera.

Ramiro Funes Mori (3): Otro que tuvo un concierto de errores. No coordinó bien con su pareja de zaga y tuvo un primer tiempo para el olvido. Es verdad que en el primer gol de Arsenal hay falta sobre él, pero en el resto del partido también estuvo mal en la marca, y nunca tuvo su usual peso ofensivo, subiendo a cuentagotas.

Leonel Vangioni (5): El mejor de una defensa que fue desastrosa, en especial en el primer tiempo. Regular en la marca, trató de ayudar ofensivamente mediante sus subidas y sus centros al área. En esa faceta se lo vio mejor cuando entró Rojas. Aun así, no causó mucho daño.

Camilo Mayada (5.5): Tuvo interesantes proyecciones en ataque, aún en esa cancha tan chica, llegando hasta el fondo en un par de ocasiones. También disparó desde afuera. Pero es muy obvio que la faceta defensiva no es su fuerte. En el segundo gol de Arsenal se queda mirando al atacante.

Leonardo Ponzio (7): El único de los jugadores con vocación ofensiva que cumplió con creces su función. Como siempre, luchó, peleó y ganó. Y eso que tuvo a sus costados a jugadores con poco y nada de marca. En ese sentido, tuvo que hacer todo. También distribuyó bien el balón. Se merece estar acompañado mejor, en el equipo titular, en la Copa.

Gonzalo Martinez (7): Metió un golazo y tuvo un disparo con comba que se fue a centímetros. Un diablo en ese primer tiempo vertiginoso, fue imparable para el defensor por ese costado. Decayó un poco su rendimiento en el segundo tiempo. Aunque fue un buen recurso en la primera ocasión, luego abusó del taco.

Carlos Sánchez (4): Fuera de posición, otra vez no se notó en la cancha. Otro error del Muñeco. No tuvo marca ni tampoco poderío ofensivo. Intrascendente.

Rodrigo Mora (8): No había empezado de la mejor manera este partido, siendo errático con el balón y tirando afuera un par de disparos. Pero tuvo un segundo tiempo grandioso, robando pelotas y metiendo el segundo, y luego, la obra magistral del tercero.

Fernando Cavenaghi (4): Muy pobre el partido del Torito, que ni siquiera tuvo oportunidades. Pocos toques, la mayoría hacia atrás.

Ingresaron:

Sebastián Driussi (6): Le dio movilidad al equipo y fue participe de la remontada. También le cometieron un obvio penal, que fue increíblemente no cobrado por el árbitro. Aportó un poco más defensivamente que Mayada, al que reemplazó.

Giovanni Simeone (6): Más participativo que el Torito, se lo vio muy rápido y creó peligro en el rival, aún con espacios reducidos. Muchos centros al área llegaron por su habilidad para crear faltas. Se merece más minutos.

Ariel Rojas (6): Aportó claridad y buena pegada a la ofensiva millonaria. Tuvo un par de errores en la distribución, pero fue vital en la búsqueda del empate mediante sus reiterados centros.

Marcelo Gallardo: Debido a los magros resultados, cada vez son más cuestionables ciertas decisiones. Algunos jugadores piden pista y no juegan, mientras otros juegan en posiciones a las que no están habituados, y otros juegan aunque no estén bien físicamente. El resultado de todo esto se ve en la cancha, con una confusión muy obvia del equipo, que concluye en la fragilidad defensiva donde antes había seguridad, y en el enfoque en la genialidad individual donde antes había un aceitado circuito de juego ofensivo.