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IMAGEN: Prensa River
IMAGEN: Prensa River

En el Monumental, River y Racing no se sacaron ventajas. Igualaron sin goles, en una producción opaca de ambos. La cabeza, puesta 100% en el superclásico del jueves.

En la primera etapa, River fue superior y contó con las situaciones más claras. Es cierto que no tuvo demasiada elaboración desde el juego, pero a partir de algunos arrestos individuales y desde la pegada de Pisculichi generó las mejores aproximaciones en el área contraria.

Como sucedió el último jueves ante el eterno rival, el conjunto de Gallardo comenzó a acorralar a su rival desde la presión alta y una firme actuación de Guido Rodríguez en el mediocampo. Sin embargo, no tuvo la profundidad necesaria en los últimos metros, y dependió fundamentalmente de la pelota parada. Por eso, las llegadas más claras vinieron de algunos tiros de esquina ejecutados por el 15 millonario, que no supieron aprovechar Pezzella, Rojas, Mercado y Boyé.

En el complemento, el conjunto de Gallardo arrancaron otra vez presionando bien arriba y desde ahí generó la más clara del segundo tiempo, desde un disparo violento de Mayada que Ibañez tapó con lo que pudo, luego de un desvío en el camino. Sin embargo, con el correr de los minutos fue perdiendo intensidad. Sin ideas y con algo de intranquilidad, River se repitió en centros y remates desde afuera del área, sin destino.

La Academia apostó al contragolpe, pero también ofreció muy poco. En definitiva, el 0 a 0 fue el resultado que mejor le sentó a un encuentro que terminó siendo muy pobre. En la copa, cueste lo que cueste.