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Luego de anunciar con bombos y platillos que se venía una sanción ejemplificadora, la Conmebol le perdonó la vida a Boca y sentó un precedente peligroso. Política, negocios, presiones y violencia volvieon a manchar la pelota de fútbol.

No hay nada para festejar. Desde ningún punto de vista. Es que la Conmebol a través de un fallo que roza lo vergonzoso, volvió a demostrar que el circo está por delante de todo. El show debe continuar, es el mensaje. Y los violentos, a pesar del daño que causaron el último jueves, podrán seguir haciendo de las suyas si su equipo clasifica y llega a los cuartos de final de la próxima Copa Libertadores.

Primero, vayamos por partes. El viernes viajó a primera hora rumbo a Luque Ignacio Villarroel, presidente de Asuntos Legales de River. Allí presentó toda la documentación, incluyendo certificados médicos y pruebas contundentes del ataque que sufrieron los jugadores de La Banda cuando salían a jugar el segundo tiempo. Esto, más el informe del veedor de la CSF y del juez Darío Herrera constituían elementos contundentes para caer con todas la de la ley sobre el club de la ribera.

Sin embargo, la Conmebol le dio un plazo a Boca Jrs. para hacer su descargo, antes de las 14 hs del sábado (horario local). Con Daniel Angelici, César Martucci y los abogados que viajaron en representación del club boquense, la estrategia era una sola: disminuir al máximo posible la sanción que estaba elaborando el máximo ente continental.

Más allá de la «flojera de papeles», Angelici tenía en su pelea a dos aliados fundamentales. Por un lado, el Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri levantó el teléfono en más de una oportunidad para presionar desde Buenos Aires. ¿A quién llamó? A Horacio Cartes, ex-presidente de Libertad y actual mandatario de Paraguay. El objetivo era agotar todas las instancias para que el partido se reanudara, pero tuvo que conformarse con mucho menos.

Lo propio sucedió con Torneos, empresa que posee los derechos exclusivos para transmitir los encuentros que organiza la CSF. A pesar que Rodolfo Arruabarrena acusó al CEO de ser hincha de River, el negocio está por encima de todo. Por eso, los abogados que viajaron a Paraguay en nombre de la institución los puso la misma empresa. La intención era clara: que la Conmebol permitiera que Boca participe en los próximos certámenes internacionales.

Lo que siguió fue una jornada de marchas y contramarchas. Desde Zurich, los estamentos más altos de la FIFA pidieron sanciones duras y ejemplares. Desde esta parte del continente, todo lo contrario. ¿El negocio y la política del Cono Sur le ganó a la FIFA? Para nada. En definitiva, la multinacional más grande del deporte internacional funciona habitualmente bajo las mismas reglas. La Conmebol no deja de ser un hijo menor que reproduce las mismas prácticas.

La incertidumbre duró hasta las 22.37. A partir de ahí, ganó protagonismo la decepción, la desilución y la sensación que nada va a cambiar. River pasó a cuartos de final, es cierto. ¿Pero a qué precio? Al negocio del fútbol poco le importa las formas. Total, como decía un viejo conocido, «todo pasa».

Daniel Angelici y Mauricio Macri junto a Juan Ángel Napout, presidente de la Conmebol.
Daniel Angelici y Mauricio Macri junto a Juan Ángel Napout, presidente de la Conmebol.