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Libertadores 1986

Cuando era pequeño, no creía mucho en superhéroes ni en seres sobrenaturales. Crecí mirando algunos personajes animados, pero preferí siempre a los de carne y hueso. Será que mi viejo me enseñó a creer en Pumpido, Gordillo, Gutiérrez, Ruggeri, Montenegro, Enrique, Gallego, Alfaro, Alonso, Alzamendi y Funes. Recién estaba aprendiendo en el colegio a multiplicar y dividir, pero sinceramente, me costaban más las matemáticas que el hecho de recitar de memoria esos once apellidos.

Tenía sólo siete años, pero hasta el día de la fecha, jamás se borraron de mi mente las imágenes de ese gran 1986. En ese momento, desde la inconciencia de un niño, no terminaba de entender toda la angustia que estaba contenida en esa primera Copa Libertadores de América que quedó en las vitrinas del Monumental. Sólo con el tiempo, la lectura, la búsqueda bibliográfica y los relatos de mi padre y mi abuelo me permitieron comprender que ese trofeo tan preciado, había sido esquivo durante mucho tiempo.

Diez años después, River volvió a regalarle a nuestra generación otro momento sublime, inolvidable, hermoso. Son esas conquistas que uno imagina que van ser eternas. Pero que cuando la realidad lo pellizca un poco, uno se da cuenta que no. Que en el fútbol, como en el mar, las olas van y vienen. Y los tiempos felices, también.

Pasaron 19 años desde la última Libertadores. Casi dos décadas de una negación que no vale la pena profundizar, pero sí recordar para tomar dimensión de lo que se juega River esta noche. Para muchos chicos que van a estar en el Monumental, será una imagen inédita, jamás vivida, pero largamente esperada. Por lo que te contaron tus viejos o tus abuelos. Por lo que leíste en las enciclopedias del fútbol. Por los videos que viste esta noche en youtube, una y otra vez, mientras intentás pegar un ojo y ganarle a la ansiedad.

No es un día más. Llegó el día que soñaste desde hace mucho tiempo. El día que no vas a olvidar jamás en tu puta vida. El día que querés que se transforme rápidamente en noche, ¡porque las horas no pasan más! Tranquilo Millo. Tranquilo que ya llegó el día. Tranquilo que cada vez falta menos para que volvamos a gritar, reír, llorar y fundirnos en un abrazo de gol. Si son varios, mejor para el cuore. ¿Vos tampoco creés en los superhéroes? Creemos en River. Soñemos juntos.