Espíndola López y Martínez hicieron su presentación en Mar del Plata de la mejor manera: superaron el examen con un triunfo y buenas actuaciones individuales. Hay futuro.
A Ramón se le escapa una sonrisa en su rostro. La misma que evidenció apenas Javier Saviola marcaba su primer gol en el debut en Jujuy, allá por 1998. Esta vez, el protagonista es Tomás Martínez, joya del semillero que millonario que cuando el «Conejito» marcaba su primer gol en River apenas cumplía tres años de edad. Esta vez, si bien no gritó su propia anotación, ejecutó un centro brillante que rompió la paridad del partido.
Desde esa zurda precisa de Martínez River encontró una descarga permanente. No trasladó en exceso, casi siempre jugó a un toque y a los pies de un compañero bien posicionado. No rompió líneas con su gambeta endiablada, pero cuando se asoció con el «Keko», Affranchino y Rojas -en menor medida-, mostró su mejor faceta. Y claro está, fue el asistidor de Funes Mori en el tanto que abrió el partido. Con una gran precisión en la ejecución de los centros, «Tomy» le sirvió el primer gol al «Mellizo» y casi le permite convertir otro en el segundo tiempo, desde la misma ubicación y en una jugada casi calcada. El enganche «Millonario» cumplió una buena actuación y se retiró sustituido con una gran ovación.
Esteban Espíndola López tuvo la difícil misión de controlar a Paulo Rosales, jugador con experiencia y rodaje en Primera División. Sin embargo, las diferencias quedaron ocultas a partir de la sobriedad y la solidez que mostró el juvenil debutante, que casi no pasó sobresaltos en la zaga central. De hecho, hasta ganó de cabeza en el área de Independiente luego de un córner a favor de River en el primer tiempo. Mostró temple, seguridad y personalidad en una zona del terreno donde a Ramón le sobran lesionados y le faltan alternativas.
De esta manera, con la confianza que genera el triunfo, la valla invicta y las buenas performances, «Los Pelados» que hizo debutar el entrenador millonario superaron una prueba de fuego y demostraron que están para ponerse la camiseta de River cuando Ramón los necesite.
