River perdió la brújula y Huracán se lo hizo sentir, aunque lo dejó con vida.
Mal, muy mal, malísimanente mal. Así, jugó River. Hacia mucho tiempo que no jugaba de esta manera. Si bien los resultados no eran los mejores, el plantel mostraba carácter y experiencia, factor que esta noche no se observó.
A la hora de un análisis, hubo sólo un equipo: Huracán. El visitante cortó todo circuito de juego y el millonario colaboró para que fuera posible. A pesar de eso, el Globo, no pudo aumentar la diferencia, motivo por el cual River sigue con vida.
Sólo se puede rescatar el último cuarto, en el que hubo algunas pinceladas de Viudez, el conductor al que apuesta el técnico. Por supuesto, no se puede dejar de mencionar la defensa. Igualmente, esta noche quedó marcado que el rendimiento negativo es generalizado, y no individual.
En síntesis, hay una cierta esperanza para revertir la historia en la vuelta, aunque la preocupación es otra: ¿se podrá cambiar antes de diciembre?
