Isotipo_Figuras3

IMAGEN: Ubaldo Kunz II La Máquina

IMAGEN: Ubaldo Kunz II La Máquina

Leo Ponzio tuvo que observar el tramo final del entrenamiento desde un costado por una molestia, junto al Profe Dolce y Pedro Hansing, el médico del plantel. Se trataría apenas de una sobrecarga muscular. 

Las tribunas eran una verdadera fiesta. En el campo de juego, eran todas sonrisas y un clima distendido. Sin embargo, hubo un rostro que se llenó de preocupación, Es que a sólo 24 horas de viajar a Japón, Leonardo Ponzio tuvo que mirar el final de la práctica desde un costado.

El gesto de dolor llegó después de una serie de trabajos con pelota. El viejo y conocido «loco». El volante santafesino le comunicó la molestia al preparador físico del plantel y juntos caminaron hacia un costado. Allí, el Profe Dolce trabajó sobre la zona dolorida con algunos ejercicios de elongación.

Mientras los hinchas se deleitaban con las atajadas de Vangioni y las gambetas de Barovero, Ponzio debió conformarse con vivir el tramo final del fútbol informal cerca del banco de suplentes, junto a varios colaboradores del cuerpo técnico. Se trataría apenas de una sobrecarga muscular, que  no impedirá su presencia en el Mundial de Clubes.