A pesar del resultado, el plantel millonario fue ovacionado por las 20 mil almas que coparon el Estadio Internacional de Yokohama. Un reconocimiento eterno a un plantel que se metió de lleno en la historia grande de River.
No hubo hazaña ni final feliz. Hubo muecas de tristeza. Algunos llantos. Mucha resignación e impotencia. Pero el hincha de River no olvida. Por eso, con el triunfo del Barcelona consumado, no paró de alentar NUNCA. Y bancó sin un solo reproche hasta el último suspiro del partido.
Hubo lugar para el dolor. Para algunos abrazos y varias lágrimas. Pero, sobre todo, para el agradecimiento eterno. Un merecido reconocimiento hacia un plantel, cuerpo técnico y dirigencia que puso a River en lo más alto del fútbol sudamericano, único campeón vigente de los cuatro títulos puestos en juego por la CONMEBOL.
Si la talla de tu rival es la que define al Samurai, River se va de Japón con todos los honores. Ya habrá tiempo para las revanchas. Sólo resta decir ETERNAMENTE GRACIAS a un plantel que se metió de lleno en la historia inmensa del Más Grande.
