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Messi es de River
IMAGEN: @AndiLoredo

Lionel Messi no pudo ocultar su cariño por River y no sólo pidió disculpas a la gente del Millo luego de hacer el gol en Japón: también se llevó una camiseta autografiada por todo el plantel del Más Grande. El testimonio de un ex compañero en Newell’s y su fanatismo por Pablo Aimar.

La felicidad en su rostro, propia de un niño con el juguete más preciado entre sus dedos, no fue casual. No se trata de la conquista de un nuevo «Mundialito», ni de la vuelta al gol en la final, ni de todo el reconocimiento que obtuvo el astro argentino en Japón. Es que Lio Messi pasó por el vestuario millonario luego de la final en Yokohama y se llevó una camiseta autografiada por todo el plantel de River para su colección personal, además de cuatro casacas para obsequiar entre sus familiares y amigos.

La foto que se viralizó en las redes con el utilero Raúl «Pichi» Quiroga es apenas un detalle. La historia es mucho más profunda y nació allá lejos y hace tiempo, cuando Pablo César Aimar era un héroe inalcanzable para el chiquilín rosarino, que por entonces imitaba movimientos de su ídolo cordobés y ya mostraba pizcas de todo su talento en las infantiles de Newell’s Old Boys.

Un testimonio de Gerardo Grighini, viejo compañero de Leo en el semillero leproso, delató las simpatías de Messi: «Él dice que es hincha de Newell’s, pero cuando éramos chicos era hincha de River. Yo era hincha de River, Lucas, de Newell’s, y Leandro, de Boca. Él era fanático de Aimar, que en ese momento jugaba en River, y mirábamos los partidos y los dos hinchábamos por River», le contó al periodista Guillem Balagué en su libro «Messi».

Sus ganas de vestir el manto sagrado empujaron a la familia Messi a viajar a Buenos Aires para probar suerte en River. Condiciones tenía de sobra, pero había dos inconvenientes: un problema de crecimiento que requería un costoso tratamiento, y la negativa de Newell’s a la hora de firmar un convenio para que el club millonario pudiera ficharlo en AFA. La entidad rosarina prefirió que el niño estuviera seis meses sin jugar y frustró su sueño de vestir La Banda, pero su padre utilizó la patria potestad y se lo llevó a Barcelona, donde jugó hasta la fecha.

El pedido de perdón después del gol al millonario fue una imagen atípica para el mundo del fútbol, menos para los que conocen a Lio desde pequeño. «Messi siente a River», llegó a la conclusión el presidente Rodolfo D’Onofrio luego de dialogar con el jugador y recibir las felicitaciones por el gran año del club de Nuñez. Cuando los sentimientos mandan, las palabras sobran…

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