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IMAGEN: Diego Haliasz II Prensa River
IMAGEN: Diego Haliasz II Prensa River

En Mar del Plata, el conjunto de Marcelo Gallardo remontó un resultado adverso y se quedó con el último amistoso del 2016 en La Feliz. Sebastián Driussi (por dos) y Rodrigo Mora, los artífices de la victoria millonaria.

Con un equipo alternativo y muchas caras juveniles, River se quedó con el último amistoso de verano en La Feliz. Por la Copa Ciudad de Mar del Plata, derrotó a San Lorenzo por 3 a 2, con un rendimiento que fue de menor a mayor.

En la primera etapa, el Ciclón se puso rápidamente en ventaja en los pies de Enzo Kalinski, luego de aprovechar una desinteligencia defensiva. El conjunto de Marcelo Gallardo salió a presionar bien lejos de su arco, como hizo en las primeras dos presentaciones del 2016, y encontró la igualdad merecida a los 10 minutos con una gran definición de Sebastián Drissu, luego de aprovechar un rebote fortuito en la puerta del área.

Sin embargo, al millonario le faltó precisión en los metros finales y padeció los contragolpes de San Lorenzo, que apostó a la salida rápida y el buen pie del doble cinco Mercier–Quignón. Así, estiró nuevamente la ventaja a los 39′, a partir de un potente remate de Tito Villalba que apenas pudo desviar Augusto Batalla y encontró a Gonzalo Prósperi para empujar al fondo de la red.

En el complemento, Gallardo ajustó tuercas y mandó al campo de juego a Gabriel Mercado e Ignacio Fernández, dos jugadores que fueron claves en la remontada del Más Grande. A los 2′, el lateral derecho metió un bochazo perfecto a las espaldas de Prósperi para habilitar a Driussi, quien definió sin titubear ante la salida de Torrico. Cinco minutos después, el ex-Gimnasia rompió por la franja izquierda, mandó un centro pinchado al corazón del área y Rodrigo Mora definió de cabeza con el arco de frente.

En pocos minutos, River se hizo dueño del partido. Manejó la pelota, los tiempos y la intensidad. Tuvo varias situaciones claras para aumentar la diferencia. Y terminó aprovechando la diferencia numérica a partir de la expulsión de Kalinski. Así, el millonario se despidió de Mar del Plata con una sonrisa y una actuación que ilusiona.