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IMAGEN: Prensa River
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Más allá de las declaraciones de rigor, los análisis, las opiniones y todo el debate que deja un partido de fútbol, la conferencia de Marcelo Gallardo post-derrota ante Godoy Cruz es para analizar y leer entre líneas. Es que el entrenador millonario, preocupado por lo que el River muletto mostró a lo largo de los 90 minutos ante el Tomba, anticipó que pueden venir cambios profundos.

«Yo nunca dije que era algo absoluto. Dentro de esta forma que le quiero dar al equipo, de intentar poner en la cancha mayor cantidad de jugadores ofensivos que nos puedan dar cierto control, en esa búsqueda de funcionamiento sufrimos y sabíamos que iba a ser así si no teníamos ese control. Pero nunca dije que nada era absoluto. Cuando tuve que cambiar, cambié. Cuando veía que el funcionamiento no nos permitía mejorar para ganar, nunca tuve problemas en cambiar de acuerdo a las cuestiones que yo vea en cuanto a rendimientos», anticipó el entrenador de La Banda.

No cambiará la idea. No dejará las convicciones de lado. Pero Belgrano y Godoy Cruz dejaron una lección muy importante para el cuerpo técnico millonario: con Domingo en solitario en la mitad de la cancha, River sufre más de la cuenta. El ingreso de Joaquín Arzura en el segundo tiempo fue una muestra que para poder atacar, primero hay que recuperarla. Y desde ahí, poder construir todo lo demás.

«Tal vez intentar generar un equipo que tenga como prioridad ser ofensivo y de atacar…yo sabía que cuando perdiéramos algún partido se iba a empezar a atacar una idea. No me saca a mí de lugar, de lo que estoy convencido. Más allá que el fin de semana, de acuerdo a los partidos que me toque jugar, vaya tratando de cambiar. Pero a mí me gusta que mis equipos vayan para adelante», agregó Gallardo. «¿Qué corro riesgos? Sí, pero la idea no es correr riesgos», continuó el Muñeco, sabiendo lo que podía venir en una re-pregunta. «Dentro de esa postura, a veces nos sosteníamos con altos rendimientos desde lo ofensivo y defensivo. Hay que recuperar la pelota rápido, hay que tener los futbolistas convencidos y aceitados. Y todavía no los tenemos», indicó.

De esta manera, el DT del Más Grande dejó entornada la puerta. casi de par en par, para que aparezca un nuevo River, más parecido al equipo copero de la Sudamericana 2014 y la Libertadores 2015, y puso en duda la continuidad de un dibujo que hasta aquí trajo más complicaciones que soluciones futbolísticas.