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IMAGEN: Getty
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Con un gol de cabeza de Leonardo Pisculichi, River derrotó a Olimpo en el estadio Roberto Carminatti y consiguió su primera victoria como visitante en el torneo. Leonel Vangioni se retiró en la primera etapa con una lesión muscular.

Luego de una racha maléfica sin triunfos, River volvió a sonreír. Lo hizo ante Olimpo en Bahía Blanca, donde no se llevaba tres puntos hace once años y cinco meses. Lo hizo después de cinco fechas a puro tropiezo en el torneo local. Lo hizo por primera vez de visitante en un campeonato donde la paaó bastante mal cada vez que salió del Monumental.

En la primera etapa, lo más saliente fueron las lesiones, la fricción, la vehemencia en algunas jugadas del encuentro. Porque Olimpo y River dividieron el balón durante gran parte de los primeros 45. En el local, sólo hubo un desborde de Gaona Lugo que interceptó Barovero con mucha prestancia. Por el lado de River, predominó la falta de profundidad y sólo tuvo algún remate desde afuera, casi sin mover demasiado el avispero. Lo más trascendente fue la pérdida de Leonel Vangioni, con un pinchazo a los 20′ de juego y un olor a desgarro que asusta.

En el complemento, ambos encontraron algunos espacios que no tuvieron en la primera etapa. Avisó el millonario con un fuerte remate de Gonzalo Martínez que alcanzó a desviar Champagne. En el rebote, Driussi definió al cuerpo del arquero y se perdió un gol increíble. Olimpo respondió a los pocos minutos con un remate de Pizzini desde la puerta del área que salió besando el palo derecho de Barovero. El conjunto bahiense asumió el protagonismo y estuvo cerca de abrir el marcador a los 15′, luego de una mala salida de Barovero ante la embestida de Pizzini. En el cierre, Mercado salvó al equipo del Muñeco.

Cinco minutos después, cuando River no estaba del todo cómodo en el desarrollo del encuentro, Sebastián Driussi llegó hasta el fondo, lanzo un centro al corazón del área y Leonardo Pisculichi metió un cabezazo que terminó en el fondo del arco. Dos minutos después, Olimpo volvió a complicar con un disparo de Barrientos que dio en la base del palo.

River aguantó como pudo y apostó a alguna pelota parada. Pudo ampliar Alario de cabeza, también Pisculichi de tiro libre. En la última, el #13 millonario amagó frente al arquero y casi mete un golazo. Pero a lo largo del desarrollo, el equipo de Marcelo Gallardo no tuvo la serenidad suficiente para sostener la pelota y se aferró a un resultado que costó sangre, sudor y la pérdida de otro soldado que se perderá la batalla más importante: el superclásico del próximo domingo.